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Quito

La mujer, de 70 años, recibió cuatro impactos de bala en su pecho. Sucedió en Rumipamba, calle Pedregal.Miguel Ángel González y cortesía

Exclusivo| La trama completa que desencadenó un crimen afuera de una iglesia en Quito

EXTRA le cuenta los acontecimientos, en orden cronológico, para planear la muerte violenta de una adulta mayor, en Rumipamba, norte de Quito

Una familia de Quito soportó una de las tragedias más atroces jamás vividas: el crimen de una de sus integrantes. Durante seis meses, los seres queridos de Mónica, de 70 años, intentaron sobrellevar el dolor de un asesinato que se fraguó, presuntamente, en el mismo seno familiar.

“Es algo que no se superará nunca”, lamentó Pedro (nombre protegido), allegado a la víctima, quien accedió a narrar los pormenores del hecho que estremeció a la capital el 16 de marzo de este año. Ese día, la mujer fue victimada al estilo sicariato, justo antes de ingresar a una iglesia de la calle Pedregal, en Rumipamba, norte de Quito.

Para comprender el origen de la desgracia, Pedro se remontó al tiempo en que Mónica migró a Estados Unidos con el objetivo de forjar un futuro prometedor para sus dos hijos varones, uno de ellos Bolívar. “Él quiso seguir los pasos de su padre, quien era médico. Sin embargo, nunca lo hizo y apenas estuvo un tiempo en la universidad”, relató.

A decir del pariente, Bolívar usaba el dinero para otras cosas y, a pesar de no graduarse como galeno, sí ejercía esa profesión. Con el tiempo, este hombre también procreó dos hijos: Juan Francisco y Daniel, actualmente de 20 y 18 años respectivamente.

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Bolívar, sus hijos, su madre y otros familiares compartían momentos entrañables, inmortalizados en fotografías. Una en particular destroza a Pedro: muestra a Mónica abrazando a sus pequeños nietos, ajena a que, presuntamente, serían partícipes de su asesinato.

La tragedia antes del crimen afuera de la iglesia

Mónica y sus nietos muchos años antes de su muerte violenta en la calle Pedregal.Cortesía

La felicidad de la familia se desplomó en 2017 cuando Bolívar, que había formado otro hogar, fue acusado de violación. Pedro contó que la víctima fue su hijastra y desde esa fecha él ingresó al sistema de los más buscados.

“Él había salido del país con sus dos hijos. Las investigaciones continuaron y, a través de Interpol, fue localizado en Colombia”, recordó Pedro. En 2023, Bolívar fue extraditado a Ecuador junto con Juan Francisco y Daniel.

El primero se quedó a cargo de Mónica y el otro fue a vivir con un abuelo materno. Poco después, las autoridades hallaron culpable a Bolívar y lo sentenciaron a 22 años de prisión, desde donde supuestamente empezó a planear el crimen de su progenitora.

“Desde que está detenido, presuntamente tomó contacto con gente de un grupo criminal”, dijo Pedro. Bolívar empezó a ser conocido con el alias de Doctor y en 2024 se hizo amigo de Jhonier, colombiano procesado por narcotráfico, apodado Cali.

Según la Fiscalía, la planificación de la muerte de Mónica arrancó en enero de 2025. Al poco tiempo, Jhonier salió en libertad y se instaló en una casa en la Mitad del Mundo, norte de Quito. Allí convivía con tres mujeres: Damaris, Eucariz y Juliana, según las investigaciones.

Eucariz y el conductor de la motocicleta se encuentran prófugos.Se busca al resto de implicados

El Ministerio Público descubrió que Jhonier le pidió a Juliana que prestara su cuenta bancaria para recibir depósitos. Pedro explicó que se hicieron, al menos, cinco transferencias que superaban los 200 dólares cada una.

“Bolívar entregaba el dinero a sus hijos y ellos, a su vez, lo transferían a la cuenta de esa mujer”, indicó el allegado. Esa plata sirvió para financiar el asesinato que se planeó para la mañana en que Mónica iría a la iglesia.

El crimen afuera de la iglesia de Rumipamba

El hecho se registró el 16 de marzo, en la calle Pedregal, sector Rumipamba.Miguel Ángel González

Eran las 10:20 y Mónica se disponía a entrar a un templo que funcionaba en una casa de la calle Pedregal, cerca de la Vasco de Contreras. Al tiempo, Damaris y Eucariz, pareja sentimental, se habían unido al macabro plan. Fiscalía indicó que ambas fueron las ‘campaneras’ que alertarían a Jhonier cuando vieran a la víctima.

Caminaron cerca de Mónica y llamaron por teléfono a Cali, quien rondaba la zona a bordo de una motocicleta, cuyo conductor no ha sido identificado. Los cuatro se encontraron y las mujeres le entregaron el arma al sicario.

De inmediato, los criminales se aproximaron a Mónica, le dispararon y huyeron al instante, sin advertir que las cámaras de seguridad los registraron. Las dos mujeres, en cambio, pidieron un taxi a través de una aplicación.

Fue así que las recogió un hombre llamado Esteban, registrado en Indrive como taxista. Él las llevó de regreso a la Mitad del Mundo, pero antes se bajaron a retirar dinero de un cajero, el cual captó sus rostros.

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Las detenciones tras lo ocurrido en la calle Pedregal

Uno de los detenidos es apodado Cali, pero su nombre es Jhonier.Cortesía

Los parientes de Mónica supieron del caso y fueron de inmediato. “El hijo llamó reiteradas veces a los nietos (de la víctima) y ellos llegaron tras cuatro horas. Habían estado con una actitud sospechosa”, precisó Pedro.

El sepelio se realizó en medio del desgarrador dolor. Una grabación muestra cómo Juan Francisco junto a Daniel cargaron el féretro de su abuela. “Eso es lo que más duele, que hayan tenido la osadía de hacerlo”, indicó Pedro.

Los familiares de Mónica fueron a su casa para ver si la mascota estaba bien. Allí hallaron algo inquietante: placas de vehículos y cerca de 10 balas calibre 9 milímetros, según Pedro.

Eso motivó a dar aviso a la Policía que, con su equipo de Dinased, emprendió las diligencias también dentro de la familia. Un mes después, entre el 9 y 10 de abril, fue detenido Esteban, el taxista que trasladó a Damaris y Eucariz. También fue capturado Juan Francisco, en cuya posesión había 970 dólares y sellos notariales, así como la partida de defunción de la víctima.

La audiencia de llamamiento a juicio

Los detenidos están a la espera de una fecha para la audiencia de llamamiento a juicio.archivo

Los movimientos bancarios permitieron identificar a Juliana, quien cayó en julio. Con su declaración, se ubicó a Jhonier, detenido por traficar marihuana en una casa de San Juan de Calderón.

Pero lo más impactante fue que esa misma información financiera apuntó a Bolívar, quien aseguró no conocer a Juliana y que solamente usaba esa cuenta para depósitos porque necesitaba comprar medicinas. Ese mismo argumento dieron sus hijos ante Fiscalía, que abrió un proceso por asesinato.

El Ministerio Público llamará a la audiencia preparatoria de juicio a Bolívar, sus dos hijos, a Jhonier y a Damaris. Juliana y Esteban quedaron fuera del proceso porque la Fiscalía se abstuvo de acusarlos. Así, la vida de Mónica terminó marcada por la traición más dolorosa: la de su propia sangre.

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