Siete ataúdes cargados en hombros, avanzando en medio de una multitud silenciosa y desconsolada, reflejaban este lunes 27 de octubre la magnitud de la tragedia que golpea a Rocafuerte. La comunidad de El Cerrito despidió entre lágrimas a siete de las ocho víctimas del ataque armado ocurrido la noche del sábado 25 de octubre.

La despedida se realizó con una misa campal en la cancha del barrio, donde familiares, amigos y vecinos se unieron en una jornada marcada por el dolor, la impotencia y el clamor de justicia. “Es una tragedia que nos marca para siempre. Nunca imaginamos vivir algo así”, expresó uno de los allegados al medio digital La Reportara, mientras sostenía una vela frente a los féretros.

El ambiente se llenó de canto y llanto. Entre oraciones, música y coros que pedían descanso eterno, las lágrimas se mezclaban con los aplausos de despedida. Algunos familiares abrazaban los ataúdes sin poder contener el desconsuelo, mientras otros elevaban fotografías y flores en señal de amor y despedida. Fue una escena cargada de dramatismo, en la que la fe y el dolor se fundieron en un mismo clamor: justicia y paz para Rocafuerte.

La multitud acompañó luego la caravana fúnebre hasta el cementerio general de Rocafuerte, donde la despedida fue aún más melancólica. En medio de un silencio abrumador, solo roto por el llanto y las plegarias, los féretros fueron colocados uno a uno en su última morada. El cielo nublado y el ambiente pesado parecían reflejar el luto que embarga a todo un cantón.

Alias “Tunco”, una pieza clave en el origen de la masacre

De acuerdo con las investigaciones policiales, el hecho estaría relacionado con alias “Tunco”, presunto integrante de una red delictiva vinculada al narcotráfico. Antes de ser capturado, el sujeto habría permanecido oculto en sectores rurales de Rocafuerte, lo que habría generado disputas entre grupos criminales rivales. Esa pugna, según las autoridades, habría sido el detonante de la masacre.

El ataque, que cobró la vida de ocho personas y dejó varios heridos, ha dejado una profunda herida en la población. Los habitantes aseguran que nunca antes el cantón había vivido un hecho tan violento y piden que se esclarezca quiénes ordenaron y ejecutaron la matanza.

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