En la noche del 24 de octubre, la calma de un billar, ubicado en la avenida Abraham Calazacón, en Santo Domingo de los Tsáchilas, se quebró en segundos. Eran cerca de las 23:00 cuando una camioneta blanca se detuvo frente al local.

Del vehículo descendieron tres hombres armados. Uno de ellos gritó: “¡Alto, Policía!”, pero en lugar de una operación oficial, lo que siguió fue una ráfaga de disparos que se escuchó hasta las calles cercanas.

Dentro del establecimiento, los clientes apenas tuvieron tiempo de reaccionar. Quienes alcanzaron a tirarse al piso o esconderse, escucharon cómo los atacantes disparaban directamente contra los hombres que estaban reunidos alrededor de las mesas de juego. En pocos segundos, el billar se convirtió en una escena de horror.

Cinco personas murieron en el lugar. Fueron identificadas como Jonathan Johny Delgado Valenzuela, de 32 años, Hernán Fernando Montiel Zambrano, de 18, y Teninson David Chango Franco, de 19. Los otros dos cuerpos, de aproximadamente 30 y 40 años, no pudieron ser identificados durante el levantamiento. Todos presentaban múltiples heridas producidas por proyectiles de arma de fuego en distintas partes del cuerpo.

La disputa entre Los Lobos y Los R

Una sexta persona sobrevivió al ataque. Se trataba de Ángel, de 25 años, quien fue trasladado al hospital Gustavo Domínguez con heridas en el abdomen, glúteo y muslo. Su estado fue reportado como crítico, mientras los médicos lo intervenían de urgencia en el quirófano.

En el lugar se levantaron indicios balísticos y se revisaron las cámaras públicas y privadas de la zona para intentar seguir el recorrido de los agresores, que escaparon en la misma camioneta blanca en la que llegaron. La administradora del local relató que, al escuchar el grito, creyó que era un operativo policial. “Nos tiramos al piso, pero empezaron a disparar solo a los hombres”, dijo.

El fiscal de turno dispuso el levantamiento de los cuerpos y su traslado al Departamento de Medicina Legal. Un oficial habló con medios locales e informó que esto sería por la disputa territorial que existe en Santo Domingo entre bandas criminales. En la zona operan Los Lobos rivales de Los R.

Mientras tanto, unidades investigativas continuaban con entrevistas a testigos y labores de vecindario para determinar quiénes fueron los responsables del ataque que dejó nuevamente a Santo Domingo sumida en el miedo y el desconcierto.

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