El Instituto Geofísico (IG) reportó un sismo de magnitud 4.2 que se registró la tarde de este lunes 29 de septiembre de 2025 en la región costa del país. El movimiento telúrico ocurrió a las 13:59 y tuvo una profundidad de 34 kilómetros.

Según el informe preliminar, el epicentro se localizó a 17,6 kilómetros de La Concordia, en la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas, aunque también se sintió en sectores de Quinindé, en Esmeraldas. El evento fue catalogado con el código igepn2025tcox.

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Hasta el cierre de esta nota no se han reportado daños materiales ni víctimas por este temblor. Sin embargo, las autoridades recomiendan mantener la calma y seguir los protocolos de seguridad en caso de réplicas.

Enlace para reportes de parte del Instituto Geofísico

El IG habilitó un enlace en su plataforma para que los ciudadanos registren cómo percibieron el sismo en sus localidades. A través de esa ficha, se recopila información que permite a los técnicos evaluar los niveles de intensidad en distintas zonas del país. El formulario está disponible en la página: https://servicios.igepn.edu.ec/url/NjIwNg==

Ecuador y su ubicación en el Cinturón de Fuego del Pacífico

Ecuador es uno de los países más expuestos a la actividad sísmica en la región andina debido a su ubicación en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, una franja que rodea el océano y concentra más del 70 % de los volcanes activos y terremotos del mundo. En este corredor convergen varias placas tectónicas que generan constantes movimientos telúricos.

En el caso ecuatoriano, la interacción principal ocurre entre la placa de Nazca y la placa Sudamericana. La primera se hunde por debajo de la segunda en un proceso conocido como subducción, lo que acumula energía en el subsuelo y, eventualmente, se libera en forma de sismos de diversa magnitud. Esta dinámica explica por qué la costa y la región andina son escenarios frecuentes de temblores.

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Los registros históricos muestran que Ecuador ha enfrentado terremotos devastadores, como el ocurrido en 2016 en Manabí y Esmeraldas con magnitud 7.8, que dejó cientos de víctimas y graves pérdidas materiales. Estos antecedentes refuerzan la importancia de contar con sistemas de monitoreo, planes de prevención y educación ciudadana para reaccionar de manera adecuada ante emergencias sísmicas.

Aunque la mayoría de sismos en el país son de baja magnitud y no generan daños, los especialistas recuerdan que vivir en el Cinturón de Fuego exige mantener protocolos de seguridad y fomentar la cultura de preparación. Reportar cómo se sienten los temblores, como promueve el Instituto Geofísico, también ayuda a mejorar el conocimiento científico y a diseñar mejores estrategias de prevención.

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