“A pesar de ser jardinero, nunca me dio una flor”

Jaime Marín, Cuenca (Azuay)
Lucía un vestido blanco, largo, tipo sirena. Cristal Oaca, una trans femenina, de 34 años, selló simbólicamente su compromiso de amor con su pareja Juan Carlos Díaz, de 30. Ellos son miembros del grupo Lgbti de Cuenca, provincia del Azuay.
“Nos conocimos el 1 de  enero de 2014, el romance ha prosperado y hemos decidido unir nuestras vidas como  pareja”, expresó Cristal.
Juan Carlos, quien vestía un traje gris, camisa lila y corbata azul, sostuvo que “no solo es un acto de amor, sino una acción de exigencia y reconocimiento a todos los miembros de la población Lgbti”.
Cristal es estilista y él jardinero. “A pesar de ser jardinero nunca me regaló una flor, sino que me llevaba frutas”, contó la novia.
Esta unión se concretó la tarde del martes pasado en la Teatrina del Gobierno Autónomo Descentralizado Provincial del Azuay, donde se cumplió la ceremonia del primer matrimonio ‘simbólico’ de una pareja Lgbti en Azuay, como lo establece una ordenanza provincial aprobada el 4 de marzo de 2016 y que entró en vigencia en abril pasado.
Juan Carlos llegó a las 17:57 y esperó a Cristal en la entrada de la sala. Ella lucía radiante. La boda simbólica quedó registrada en el libro de matrimonios de la Unidad Administrativa de Equidad y Género, responsable de mantener el registro y realizar todos los procesos administrativos previos, incluso el matrimonio simbólico, según lo establecido en la ordenanza provincial.