Mercado Central: La venta de productos para la suerte y la fe se concentran en un puesto
Marlene Cóndor cuenta su historia en torno a la comercialización de diversos objetos ante la creencia de las personas. Le contamos más

Marlene Cóndor cuenta su historia en su reciente negocio, en el Mercado Central de Quito.
Marlene Cóndor asumió un riesgo hace un año y cuatro meses, al instalarse como comerciante en uno de los accesos al Mercado Central de Quito, en pleno centro histórico de la capital. A sus 45 años, ella atiende un pequeño puesto donde oferta productos asociados a tres preocupaciones recurrentes entre sus clientes: la fe, la suerte y la salud.
Su incursión en este espacio se dio de manera circunstancial. Una amiga cercana, que debía viajar por un tiempo, le propuso hacerse cargo del lugar. “Ella se iba de viaje y me cedió su puesto”, cuenta Marlene, sentada entre los frascos, velas, cremas y hierbas que exhibe a diario desde las 06:30 hasta las 15:00.
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Antes de iniciar la jornada comercial, su rutina comienza temprano. A las 05:30 se levanta para atender a sus dos hijos, uno de 20 años y otro de 8, quienes se preparan para acudir a la universidad y a la escuela, respectivamente. “Por lo general, les preparo huevos con café, jugo y pan. Ellos se van solos a estudiar y eso me permite bajar al mercado”.
Vive en el barrio La Tola, a pocas cuadras de su lugar de trabajo, trayecto que realiza caminando. “Es peligroso, pero una ya está acostumbrada a salir a pie”, dice mientras atiende a los clientes.
Dentro de su oferta, los productos relacionados con la salud natural son los más demandados. Marlene asegura que en los últimos meses, el insomnio se ha convertido en una de las principales dolencias entre sus compradores.
Los productos para la fe en el Mercado Central de Quito

Productos como la miel de abeja se venden en el puesto de Marlene Cóndor.
Para ello recomienda valeriana en gotas, que adquiere semanalmente a distintos proveedores. También comercializa cremas mentoladas, solicitadas para aliviar dolores articulares.
En esta temporada, marcada por un incremento de afecciones respiratorias, otro producto ha ganado protagonismo: un jarabe elaborado con totuma, al que los clientes recurren como alternativa para la gripe. “Ahora la gente pregunta mucho por ese jarabe”, explica.
El puesto también ofrece artículos vinculados a la fe. Las velas figuran entre los productos más vendidos, especialmente aquellas asociadas a distintos santos. “Las personas son muy creyentes y siempre compran para velarlos”, comenta la comerciante.
A esto se suman perfumes, fragancias y sahumerios. Los primeros son adquiridos con la expectativa de atraer suerte, sobre todo en temas económicos y sentimentales. Los sahumerios, en cambio, son utilizados por quienes buscan “limpiar” la energía de sus hogares, negocios u otros espacios.
Así transcurre la jornada de Marlene Cóndor, entre creencias, remedios naturales y una rutina marcada por el esfuerzo diario en uno de los puntos más concurridos del centro de Quito.