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Póngase crema si ya pasó los 40
Lucero Llanos, Guayaquil
El desarrollo de callosidades en la planta del pie, sobre todo en la zona del talón, es uno de los problemas más comunes que además de ‘afear’ esta parte del cuerpo, pueden traerle formación de grietas, incomodidad, dolor y hasta infecciones.
Este problema es conocido como hiperqueratosis plantar. “Primero viene una resequedad en los pies y después la hiperqueratosis, que es una formación hipertrófica o crecimiento excesivo de la piel a manera de callosidad. Luego de eso, como la piel se vuelve tan reseca y dura, comienza a agrietarse como una galleta al ejercer peso sobre el talón, particularmente, o hacia los lados de los pies”, describe José Racines, podólogo de Pie Azul.
“Esa piel pierde la capacidad para estirarse y luego se cuartea como una galleta. Ahí es donde se producen esas grietas muy profundas”, explica.
Esta problemática suele ocurrir con mayor frecuencia en personas de la tercera edad. “Al paso de los años nuestro cuerpo va perdiendo elasticidad en la piel. Por eso es muy común observar en los adultos mayores una piel fina y seca, sobre todo es las extremidades inferiores”, detalla Diana Alcívar, especialista del Centro de Pies y Uñas.
Sin embargo, Alcívar explica que en personas de menor edad también se pueden presentar por otras causas como presión o fricción por uso de calzados inadecuados, piel seca, pasar mucho tiempo de pie o factores propios de la marcha de la persona.
“Particularmente las mujeres tienen la costumbre de usar mucho las sandalias. Estas exponen la piel del pie a todas las condiciones ambientales variables que tenemos en nuestro medio: el sol, el polvo y el agua. Esos cambios bruscos hacen que la piel pierda humedad y se reseque.”, amplía Racines.
TRATAMIENTO
Cuando se presenta un cuadro de hiperqueratosis, los especialistas recomiendan acudir al podólogo en lugar de intentar solucionar el problema por su cuenta.
“Es necesario utilizar por un tiempo cremas médicas, exfoliar apropiadamente la piel y reducir el factor de agresión”, manifiesta Racines, quien detalla que dependiendo del caso, la recuperación de la salud del pie puede demorar entre dos y seis meses.
Además precisa que intentar retirar la piel con métodos como lijas, piedras pómez, ralladores y hasta afeitadoras solo traerá complicaciones.
“Al momento que está la piel húmeda es muy difícil determinar hasta qué punto raspar. Cuando se reseca la piel y pasan una horas se comienza a sentir que se raspó muy al fondo y esto genera más molestia. Y a la vuelta de una semana, se tiene un callo más grueso”, advierte.