Exclusivo
Farándula

Entre risas, fe y fortaleza, la comediante Belén Montero superó un tumor
Hace cinco días le retiraron de uno de sus ovarios una masa de 12 centímetros, pese a ello nunca se bajó del escenario ni dejó de sonreír
La comediante Belén Montero atravesó uno de los momentos más difíciles de su vida cuando le detectaron un tumor de 12 centímetros en su ovario izquierdo. El diagnóstico llegó en mayo acompañado de dolor, incertidumbre y la posibilidad latente de un cáncer. Sin embargo, la guayaquileña de 31 años encontró en la risa su mejor medicina para no dejarse caer en la angustia.
Todo empezó con cólicos intensos y cambios de humor que Belén no veía como algo normal. Tras varios exámenes, su ginecóloga la derivó a una oncóloga. “Cuando me dijeron que podía ser cáncer, ahí sí me desplomé. Lloré con mi mamá, pero también entendí que tenía que ser fuerte”, recuerda.
Lee también: Jorge Rausch abrirá un restaurante en Ecuador: ¿Dónde y cuándo?
Durante el proceso, Montero siguió presentándose en escenarios, haciendo reír a su público mientras cargaba con la preocupación de lo que diría la biopsia. “La comedia me sacaba de mí misma. Subía al escenario, olvidaba mis miedos y las risas me daban fuerza. Era como subir mis defensas con cada carcajada”, cuenta.
Le quitaron un ovario
Finalmente, la cirugía que le fue realizada hace cinco días confirmó que no tenía cáncer, aunque debieron quitarle un ovario. “Me puse a llorar de felicidad. Tenía mi útero y un ovario, estaba limpia. En ese momento nada más importaba”, confiesa con alivio.
Belén reconoce que, en medio de su proceso, evitó mirar el caso de María Teresa ‘La Flaca’ Guerrero, a quien se le diagnosticó cáncer de ovarios. “Evité ver sus publicaciones. No era por nada malo, sino porque yo necesitaba proteger mi mente. Ella estaba viviendo otra realidad mucho más dura”, explica.

Aunque es ingeniera comercial de profesión, Belén siguió, en 2019, su verdadera pasión en Buenos Aires, donde se formó en stand-up comedy, actuación, clown y expresión corporal. “Absorbí todo lo que pude en ese ambiente cultural. Desde entonces supe que mi camino estaba en el escenario, no en una oficina”, comenta.
La comedia es su motor de vida
La pandemia la obligó a detenerse, pero también le confirmó que la comedia es su motor de vida: “Si dejo el escenario, me vuelvo loca. Yo necesito expresarme, necesito hacer reír”.
Comediante
Tras su operación, Belén sueña con combinar su experiencia personal con su profesión. Uno de sus mayores proyectos es convertirse en clown hospitalaria para llevar alegría a pacientes que atraviesan enfermedades complejas.
Aunque necesita recuperarse, ya tiene en mente su regreso a los escenarios. “Supongo que en un mes o mes y medio podré volver. Tal vez con una silla al lado porque no puedo estar parada mucho tiempo, pero ahí estaré. Porque la comedia es mi vida y no pienso dejarla”, afirma.