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Good Jeans y la controversia con Sydney Sweeney: ¿doble sentido o mensaje peligroso?
Good Jeans, un slogan que ha causado revuelo en redes y que divide opiniones.
American Eagle lanzó una campaña publicitaria titulada 'Sydney Sweeney has great jeans', con un juego de palabras entre genes (genes) y jeans (vaqueros).
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"Good jenas" y el juego de palabras
Cuando Sydney Sweeney, estrella de Euphoria y uno de los rostros más populares de Hollywood, apareció en la nueva campaña de American Eagle con el eslogan 'Good Jeans', pocos imaginaron que una frase aparentemente inocente desataría una polémica de dimensiones internacionales.
El anuncio, que juega con el doble sentido entre “jeans” (vaqueros) y “genes” (carga genética), mostró a Sweeney haciendo bromas con frases como “My genes are blue”, mientras posaba en unos jeans azules ajustados.
Para algunos, fue una campaña ingeniosa y que crea una gran interacción en redes; para otros, un mensaje profundamente problemático y que debería ser baneado de todos lados.
¿Moda o racismo disfrazado?
El principal foco de la controversia fue el uso de la palabra "jeans" (como palabra homófona de genes en ingles), sobre todo al ser encarnada por una actriz blanca, rubia, de ojos claros.
Algunos críticos acusaron a la marca de promover estereotipos de superioridad racial y belleza normativa, aludiendo incluso a imaginarios eugenésicos del siglo XX.
Se llegó a señalar que el anuncio evocaba el lenguaje de la supremacía blanca aunque de forma indirecta o inconsciente.
En redes sociales, usuarios calificaron la campaña de “elitista”, “ciega al contexto cultural” e incluso “publicidad nazi suavizada con denim”.
Aunque estas interpretaciones no fueron unánimes, sí reflejan una creciente sensibilidad frente a los mensajes subliminales en la industria de la moda y la cultura pop.
Movimiento "WOKE", no se queda callado
El senador republicano Ted Cruz fue uno de los primeros en salir en defensa de Sweeney, acusando a los críticos de “izquierda histérica” y calificando el ataque como un ejemplo de censura ideológica.
Cruz no solo defendió la campaña "ingeniosa", sino que incluso exaltó esta publicidad en redes sociales, calificándola de “sexy y efectiva”, como el objetivo principal de la promoción.

Del otro lado, activistas y analistas culturales recordaron que la historia de la moda está plagada de representaciones que refuerzan jerarquías raciales y sociales bajo una apariencia de “estética”.
Para ellos, este no fue un caso aislado, sino parte de una larga cadena de errores publicitarios no tan inocentes, como fue el caso de Kendall Jenner y su campaña para Pepsi en el años 2017.
Polémica exitosa
Curiosamente, la controversia pareció beneficiar a la marca. Las ventas se dispararon, las búsquedas de “American Eagle jeans” crecieron en Google, y las acciones de la empresa subieron entre un 10 y 17 %.
Lo que para algunos fue un error muy grave de comunicación, para otros fue una estrategia publicitaria perfectamente pensada, dando mucho de que hablar y cayendo directo al consumismo de la marca.
Además, parte de los ingresos fueron destinados a Crisis Text Line, una línea de ayuda para víctimas de violencia doméstica, en colaboración con una causa respaldada por la misma Sydney Sweeney.
Esta faceta solidaria que ha destacado en reiteradas ocasiones la actriz, no fue lo suficientemente importante, quedando opacada por el ruido mediático de su campaña "racista" con American Eagle.
Una campaña que va más allá de la polémica
Este caso nos recuerda que la publicidad, en la era digital, ya no solo vende productos; también proyecta símbolos, valores e ideologías. Y aunque es fácil polarizar el debate entre “todo está mal” o “nada importa”, la realidad es más compleja.
La campaña de Sweeney y American Eagle logró ser viral, rentable y polémica. Pero también deja abierta una pregunta importante... ¿Puede la moda jugar con ideas sensibles sin caer en clichés dañinos? ¿O estamos simplemente ante una industria que se aprovecha del escándalo para vender más?
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