La comunicadora Karol Noboa, quien participó en la segunda temporada de MasterChef Celebrity Ecuador, lanzó su libro ‘Kocina con K’, el cual le hará llegar un ejemplar a Estados Unidos, a la deportista María Teresa Guerrero. Con ella protagonizó varios roces dentro y fuera del programa.

Uno de esos momentos fue cuando La Flaca, quien padece cáncer de ovarios bilateral, reveló que también tiene TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad), a raíz de eso, surgieron comentarios entre ambas demostrando no estar de acuerdo la una con la otra.

(Lea también: Karol Noboa tras MasterChef Celebrity 2: Lanza libro de cocina)

Con cada receta cuentas experiencias muy personales, prácticamente desnudas tu vida en ese libro.

Sí, exactamente. Eso es lo que busco: que las personas se sientan identificadas. A veces la gente idealiza a quienes trabajamos en medios de comunicación y, como siempre mostramos la mejor cara, no saben que detrás hay muchísimas experiencias e historias que nos han convertido en lo que somos.

Muchos dicen que, por los cortes de edición, el reality muestra una cara distinta a la real. ¿Te pasó?

A mí me encantó. Yo estaba muy orgullosa de mostrarme como una persona tranquila, empática, la misma que todos conocían. Pero como uno no se ve desde afuera, a veces no se siente así y se percibe como alguien común.

Hubo episodios en los que la gente me dijo que, pese a ciertas situaciones, fui muy benevolente. Mi mamá me llamaba y me decía: “Negra, estoy súper orgullosa de ti”. Eso me hacía sentir orgullosa de ver a esa Karol que no necesita hacer daño, que lo único que busca es hacer las cosas con amor.

Eso no te eximió de polémicas, porque se notaron los roces con María Teresa Guerrero, incluso en redes. ¿Qué pasó? ¿Por qué nunca hablaste públicamente del tema?

En ese momento decidí apartarme un poco de las redes. Sentí muchísimo cariño de la gente, aunque tenía temor porque me preguntaba: “¿qué va a pasar?, ¿cómo me van a ver, si la Flaca es tan querida?”. Pero igual recibí apoyo, y eso es lo que más me importó.

Somos muy amigas. Ella está pasando un momento complicado y difícil. Estoy muy orgullosa de cómo enfrenta la enfermedad y de la manera en que la comparte en redes. Mucha gente la critica, pero ella responde y está presente.

Con la Flaca lo pasado quedó atrás. Hubo malentendidos; no creo que fuera parte de la edición del programa porque realmente ocurrió. La gente compite, se apasiona, y eso hizo que las cosas se sintieran más fuertes de lo que realmente fueron. Nuestra relación está intacta. Siempre estoy pendiente de ella y le dije: Te voy a mandar mi libro, pero sé que tú vas a escribir uno mucho más grande con este proceso.

¿Todo quedó bien?

Sí, claro. Hablamos constantemente, como siempre lo hemos hecho. Nada ha cambiado. Hubo una pequeña etapa de roces que tal vez la gente sobredimensionó, pero preferimos alejarnos un poco en ese momento y dejar que las cosas fluyan solas.

El tema del cáncer te toca mucho ¿cierto?

Mi papá falleció de cáncer y yo siempre le decía: “El cáncer es un diagnóstico, pero nosotros no somos un diagnóstico”. Muchas veces escuchas la palabra ‘cáncer’ e inmediatamente la relacionas con muerte, pero la Flaca está demostrando lo contrario: que puedes cuidarte, hacer las cosas bien, confiar en los médicos y en Dios. Así que, un abrazo grande para ella.

La cocina deja enseñanzas, ¿cuál te dejó a ti?

Aprendí a contar mi vida con platillos, fue un proceso sanador. Por otra parte aprendí dos cosas con el duelo de mi papá: la primera, no dejar las cosas para después. Siempre esperaba el momento perfecto para cocinarle un platillo delicioso a mi papá y al final se fue. También a aceptar que las personas se van cuando les corresponde, desde el corazón y el cariño, porque cumplieron un ciclo en esta vida.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!