María Teresa Guerrero: “Ya no me muevo por la plata ni la fama”

Le pedí la entrevista y me citó a las 18:00 en un hotel aniñadísimo, en el norte de Guayaquil. Ahí todos sabían de la famosa huésped. El guardia que me recibió me indicó que me esperaban en el comedor. Crucé el vestíbulo y al fondo, sentada y haciendo una videollamada, estaba la deportista y expresentadora María Teresa Guerrero.

Se levantó a saludarme, alta (1.78 cm), olía delicioso. Se despidió en inglés de un misterioso hombre al otro lado del celular y activé el ‘modo detective’. Mientras la observaba, deduje que la Flaca está nuevamente enamorada. Nos pusimos al día con los últimos chismes, desde las locuras de Carolina Jaume y su encierro en ‘Desafío a la fama’, hasta los recientes escándalos de algunos personajes que son nuevos para ella, porque desde que se casó y se mudó a Estados Unidos (en 2014) se desconectó de la farándula. La última vez que la entrevisté fue en 2019.

Ahora vivo en Colorado, antes vivía en California por el trabajo de mi exesposo, nos tocó vivir primero en Dallas, después en Washington DC, en California y en la pandemia nos separamos, ‘ojo’ no hay nada malo, somos BFF (Best Friends Forever, mejores amigos por siempre).

O no se hablan y se dicen cosas horribles como la farándula de aquí (risas). Nosotros nos respetamos mucho y nos queremos mucho. Él fue mi gran maestro, entonces lo único que yo tengo hacia Danny (Glick) son palabras de agradecimiento, pero en la pandemia fue como que la primera vez que nos veíamos todos los días y nos mudamos a un lugar muy remoto y la verdad es que nos sentamos a hablar: ‘Mira, brother, tú quieres una cosa, yo quiero la otra’, el man se dedicó a vivir en la montaña, se jubiló, ya cumplió 50 años y a los 50 podía jubilarse porque tenía años trabajando para el Gobierno (era diplomático de EE. UU.), entonces quería dedicarse a la montaña. Él se volvió hippie, pero yo soy diferente, yo quiero más ciudad, tenía la piscina lejos, tenía cosas que para mí son prioridad y que para él no. Entonces dijimos bueno, mucho gusto, gracias. Somos mejores amigos, hablamos casi todos los días.

Está viviendo con una chica allá y está muy contento, una chica que vive por ahí en el pueblo donde teníamos la casa.

Y sí, lo conversábamos. Mira, esto va a ser así miti-miti, acá asado y cocinado, de hecho cuando me gusta alguien lo llamo porque lo quiero tanto a Danny que le digo: ¿Qué te parece este? No, ese no me gusta para ti, o sea, es lindo, porque he salido solamente con dos chicos desde que me divorcié.

Sí, gringos, soy alta brother (hermano), yo no puedo salir con patuchos (risas).

Estamos esperando un par de papeles. Prácticamente estamos divorciados.

Sí, literal.

No es que es amiga mía, pero sí la conozco. Es una chica que trabajaba en la casa de unos amigos. Es bailarina, es linda.

No tengo ni la menor idea, eso sí, ya no me voy a poner tampoco a preguntar.

Como que lo pensé en ese momento porque según mi ginecólogo todavía puedo ser mamá.

Según mi ginecólogo todo anda bien por ahí, pero la verdad me da pereza (risas), creo que me voy a comprar otra bicicleta.

Estoy saliendo con alguien, con un chico que es ingeniero de Aerospace Engineering, hace cohetes para SpaceX.

Sí, trabaja para Elon Musk.

Esa es la idea.

El man está en un proyecto en Texas, para un cohete que quiere llevar gente a la luna en 5 o 6 años. Él es ingeniero y es parte de ese proyecto.

Me dijo, te enseño mi cohete (risa), quiero ver tu cohete, qué tan grande es (risa pícara).

Tiene como 36

O sea, es pelado de edad, pero es un viejo. Tiene el pelo lleno de canas, es un nerd. No es deportista, solo escala (...) recién tengo dos meses saliendo y voy a conocer a los papás en Navidad.

En Boulder (ciudad de Colorado donde reside).

Sí, es lindo, pero, o sea, recién estoy saliendo. Prefiero no ahondar en esos detalles, pero es un chico chévere.

No, ni mierda. Me da miedo subirme a un balcón alto.

Me rompí el dedo (meñique izquierdo) en Cozumel (isla de México) y tenía el Ironman de Panamá en febrero y una semana antes me caí en la bicicleta y me lo rompí en dos y como tenía el Ironman no me operé. Decidí pegármelo con cinta scotch (risas), así competí y me quedó todo chueco (risas) ¿Te acuerdas de que Diego Spotorno (en En Contacto) me decía que tenía mano de pata de gorila? Bueno, ahora sí la tengo de verdad. ¡Está horrible!

Se puede, pero no, me da pereza. Tengo que dejar de entrenar y no quiero parar.

Sí, pero me da pereza. Me han propuesto cosas políticas, cosas de televisión, pero ya no me muevo tanto por la plata ni la fama, me muevo por mi calidad de vida y mi calidad de vida es dormir temprano, hacer deporte, competir, eso es lo que me hace feliz, entonces no por plata voy a dejar de dormir temprano, voy a maquillarme como un payaso que ya no me gusta. No necesito carteras caras, ni cosas caras, yo soy feliz con mi pelito así, con mi ropita. No tengo ropa, literal, las cosas que gasto son para viajar, experiencias, aventuras, esas cosas sí me gustan, con lo que trabajo con las diferentes marcas me va muy bien, ¿para qué voy a cambiar mi estilo de vida?

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