La difusión de un video del popular creador de contenido MrBeast, grabado en varias zonas arqueológicas mayas del sureste mexicano, ha derivado en una demanda administrativa interpuesta por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) contra la empresa productora Full Circle Media. Un presunto uso indebido con fines comerciales y la inclusión de información distorsionada sobre el patrimonio cultural.

El video, que acumula más de 60 millones de vistas en YouTube y se posiciona entre las principales tendencias globales, presenta escenas grabadas en Calakmul, Chichén Itzá y Balamcanché. Aunque las grabaciones contaban con permisos legales, el INAH sostiene que los términos de esas autorizaciones fueron violados, al utilizarse las imágenes y el contexto histórico para fines lucrativos y promocionales no permitidos.

Demanda por uso indebido del patrimonio arqueológico

El INAH informó que la empresa productora recibió permisos de filmación gestionados por la Secretaría de Turismo federal, así como por los gobiernos estatales de Yucatán y Campeche. No obstante, el organismo aclaró que estas autorizaciones no incluían la posibilidad de explotar comercialmente la imagen de los sitios ni divulgar contenidos con afirmaciones falsas.

Tras detectar estas irregularidades, el Instituto interpuso una demanda administrativa contra Full Circle Media. Exige el resarcimiento de daños y una retractación pública por incumplir los términos pactados “de buena fe” y por lucrar ilícitamente con el patrimonio arqueológico mexicano.

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En el video titulado “Exploré Templos de 2000 Años de Antigüedad”, MrBeast y su equipo aparecen realizando actividades que, según el INAH, alteran la percepción del valor cultural de los sitios. Entre ellas se incluye el uso de un helicóptero para ingresar a Calakmul, pernoctar en zonas restringidas y mostrar objetos arqueológicos que no son auténticos.

Además, se sugiere el uso de drones dentro de estructuras como la pirámide de Kukulkán en Chichén Itzá, lo cual fue desmentido por el Instituto. También se observa una escena en la que el youtuber desciende de un helicóptero en plena zona protegida, lo que provocó una oleada de críticas en redes sociales y medios nacionales.

Acciones promocionales no autorizadas

Una de las principales objeciones del INAH radica en el uso del video para promocionar productos comerciales, lo cual está expresamente prohibido por la legislación nacional en contextos de patrimonio cultural. En diversas escenas se anuncian marcas como Feastables (la línea de chocolates del propio MrBeast), Jack Link’s y tiendas minoristas como Walmart y 7-Eleven.

Estas acciones, en palabras del Instituto, desvirtúan el carácter histórico y científico de los sitios mayas. La secretaria de Cultura, Claudia Curiel de Icaza, reafirmó esta postura en redes sociales, condenando cualquier intento de lucrar a partir del legado de los pueblos originarios y advirtiendo que no se permitirá el uso indebido de autorizaciones oficiales para actividades publicitarias.

El INAH confirmó que las grabaciones contaron con supervisión de su personal para evitar daños físicos a los sitios, y que los permisos fueron tramitados con la intervención de distintas instancias gubernamentales. En el caso de Calakmul, se autorizó el ingreso a una subestructura del Edificio II, accesible bajo condiciones específicas.

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Sin embargo, según el director general del INAH, Diego Prieto Hernández, el permiso fue inicialmente denegado por la institución debido a las exigencias del equipo de producción, como cerrar las zonas al público durante tres días, dormir en el sitio y llegar en helicóptero. Posteriormente, se recurrió a otras autoridades para obtener las autorizaciones, lo que plantea cuestionamientos sobre los mecanismos de control y coordinación interinstitucional.

Reacciones públicas 

El contenido generó reacciones mixtas en redes sociales. Mientras algunos usuarios y hasta Layda Sansores, gobernadora de Campeche, celebraron el alcance del video como una forma de interés internacional por la cultura maya, otros denunciaron un trato preferencial y una banalización del patrimonio. Estas críticas motivaron la revisión del caso por parte del INAH y la Secretaría de Cultura.

La demanda administrativa en curso busca establecer responsabilidades por el uso no autorizado de imágenes y por las afirmaciones falsas que, según el INAH, alteran la percepción pública de los sitios arqueológicos. Las autoridades enfatizaron que están dispuestas a colaborar con iniciativas de difusión cultural, siempre que respeten las normativas y el valor del patrimonio histórico.

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