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Monserrat Astudillo: ¡No se espanten, ‘curuchupas’!

Monserrath Astudillo se olvida de los tabúes e incluye en su show malas palabras. Dice que ya es hora de acabar con la mentalidad de pueblo

Monserrath Astudillo
Monserrath Astudillo no tiene miedo abordar asuntos controversiales. Ilustradores y DJ se suman a su obra.Gustavo Guamán

A la actriz Monserrath Astudillo, el teatro le permitió liberarse. Atrás quedaron muchos tabúes con los que creció. Hoy, los orgasmos y las malas palabras forman parte del repertorio de humor que la cuencana propone sobre las tablas.

Las groserías, por ejemplo, no las usa como un “cliché”, sino de forma estratégica. Van dentro del libreto y las suelta “en el momento y el lugar correctos”, revela a EXTRA.

La sexualidad la maneja con sutileza y, sobre todo, dependiendo del público que la mira. Pero no se abochorna al hablar sobre lo que las mujeres esperan entre las sábanas. “Siempre soy bastante frontal”, insiste.

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Astudillo cree que los tiempos han cambiado y lo que antes no se veía con ‘buenos ojos’, ya no es así. Y es la interacción entre las distintas generaciones lo que permite acabar con prejuicios y dejar atrás “la mentalidad de pueblo y a esa sociedad curuchupa”.

De eso precisamente habla su obra ‘¿Vieja yo o millennial ustedes?’, que se estrenó el 22 de abril en el Teatro San Gabriel, de Quito. Y aunque la actriz deja en claro que ella pertenece a la generación X (aquellos nacidos entre 1961 y 1980), le ha tocado aprender de las demás.

“Si uno le decía ‘¡Qué bestia, abuelito!’, él pensaba ‘¡Qué grosera, cómo me habla así!’. Ahora yo le oigo a mi hijo, de 6 años, y entiendo que es una expresión, es parte del lenguaje”, reflexiona.

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Situaciones de ese tipo son las que la actriz expone sobre las tablas. Pero más que resaltar las diferencias entre los millennials (nacidos a partir de los 80), los centennials (nacidos entre el 96 y el 2012) y los pandemials, lo que intenta es promover la unidad.

“La idea es abrir la mente de los papás que aprendieron desde la represión y la imposición, pero también decirles a los ‘mocosos’ (jóvenes) que no se olviden del respeto”, precisa.

La tecnología e internet son dos temáticas que mueven su comedia, especialmente por lo dependientes que “todos se han vuelto”. “Antes no teníamos GPS. Llegábamos a un lugar preguntando o sacando el mapa de papel. Hoy es una tragedia griega olvidarse el celular. Estamos tan condicionados”.

El teatro sufre

Solo dos funciones (22 y 23 de abril) hizo Astudillo en Quito. Fueron los únicos espacios que encontró disponibles en el teatro, pero espera volver con la muestra pronto. La actriz explica que esto se debe a que hacer obras en el país es un reto.

El proceso de solicitar espacios públicos está “lleno de burocracia. Se debe esperar hasta tres meses para que te aprueben y los teatros privados son carísimos, entre 1.800 y 3.000 dólares el día”, revela.

Es por eso que ella busca cómo continuar haciendo sus shows de comedia a su manera. Incluso se le ha ocurrido vincular otras artes. Por ejemplo, la DJ María Morena y la banda Flix (rock alternativo e indi) se unieron a su último espectáculo.

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“Son unos centennials hijos, por ejemplo, de Juana Guarderas y Peky Andino, que siempre han estado en el mundo artístico”.

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Uno de los personajes más queridos que ha interpretado Monserrath Astudillo es el de Lucha, en ‘Las Zuquillo’. Ella recuerda con cariño y gratitud ese papel que la llevó a la televisión nacional.

Aunque le dio vida a una ‘caserita’ de 20 años, confiesa que en realidad tenía 32 y que ese amor tan inocente y cursi que sentía por el Johnny, fue inspirado en relaciones que tuvo en su adolescencia. “En las que caes en la trampa del amor... Cuando tenía 15 años había muchos Jhonnys. Hoy en día no sería tan ilusa. Es de esos amores en los que te das contra el planeta hasta que aprendes”.