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Farándula

Emotivo homenaje a Paulina Tamayo: 'Fue papá y mamá para nosotros'
Más de 2.000 personas despidieron a Paulina Tamayo en la Basílica del Voto Nacional. Su hermano Paúl recordó a la artista como el pilar de su familia
Más de 2.000 personas asistieron este miércoles 22 de octubre de 2025 al funeral de Paulina Tamayo en la Basílica del Voto Nacional. Afuera, cientos más cantaban y levantaban oraciones al cielo. En medio de ese adiós multitudinario, su hermano Paúl Tamayo habló con este Diario.
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No habló de escenarios ni de fama; habló de familia, de amor y de una mujer que fue “papá y mamá” para todos ellos.
“Fue papá y mamá para nosotros”
“Cuando se pierde un familiar es muy duro. Y cuando ese familiar ha sido un referente para el país, América y el mundo, es aún más difícil”, dijo Paúl Tamayo con la voz entrecortada. Minutos después de la misa, recordó a la artista no como figura pública, sino como hermana mayor y sostén familiar.

“Fue papá y mamá para sus seis hermanos. Siempre alegre, pendiente de todos. No solo fue artista, fue una hermana ejemplar”, relató.
Reconocida en vida
Paúl destacó que su hermana recibió en vida lo que muchos artistas no alcanzan: el reconocimiento y el cariño incondicional del público. “Como ella decía: el mejor Grammy que he recibido es el de la gente”.
Para él, la escena de este miércoles —filas desde el amanecer, cantos espontáneos y abrazos entre desconocidos— es la prueba de ese amor inmenso. “Ella entregó su vida a la música, y la gente hoy le devuelve todo ese cariño”, afirmó.
Filas desde el amanecer
Desde las primeras horas de la mañana, largas filas comenzaron a formarse alrededor de la Basílica. Personas con flores, pañuelos blancos y fotografías aguardaron bajo el sol quiteño para poder despedirse de la cantante.
“Por favor que la misa del mes sea en el coliseo o en el estadio para que entremos todos”, gritó una mujer desde la fila, mientras policías controlaban el acceso. Muchos no lograron ingresar, pero permanecieron afuera, cantando a coro sus canciones.

Un adiós que comenzó en el Teatro Nacional
La noche anterior, el adiós había empezado en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Allí, cientos de personas hicieron fila para llegar hasta el ataúd, ubicado en el centro del escenario donde la cantante dio algunos de sus conciertos más emblemáticos.
“Este fue el escenario que más amó y ella pidió estar aquí”, contó su mánager, Karina Córdova. El flujo de asistentes no disminuyó durante toda la noche. Incluso llegaron mariachis para despedirla con música.
“Hoy perdemos una grande, pero nace una leyenda”
“Hoy perdemos una grande, pero nace una leyenda”, dijo Paúl Tamayo, resumiendo lo que muchos sentían en ese momento. No solo hablaba como hermano, sino como parte de un país que creció con su voz.
Cuando el féretro salió, la multitud rompió en aplausos y gritos de “¡Viva Paulina Tamayo!”. Afuera, quienes no lograron entrar cantaban a viva voz, acompañando la despedida. También intentaban tocar el féretro como si se tratara de la imagen de algún santo.
Un legado que trasciende
Paulina Tamayo falleció el martes 21 de octubre, a los 60 años, tras más de cinco décadas de carrera artística. Su velación en el Teatro Nacional y la misa en la Basílica marcaron uno de los homenajes más masivos que ha vivido Quito en los últimos años.
Su hermano no habló de despedidas, sino de permanencia: “Su voz ya no está con nosotros, pero su legado sí. Paulina seguirá viva en cada canción”.
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