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Farándula
¡Qué fiestón! Así fue el matrimonio del hijo de Luis Alfonso Chango
El casorio del “conchito” del líder de Mushuc Runa unió la tradición indígena con el glamur. Más de mil invitados. Se regalaron terneros y chanchos.
La alegría se desbordó en Ambato. Bombos, guitarras y ponchos rojos llenaron las calles mientras los invitados —más de mil almas— celebraban el enlace matrimonial de Luis Alfonso Chango Junior y Solange Silva.
La ceremonia combinó lo ancestral del pueblo Chibuleo en Tungurahua, con la elegancia moderna y la presencia de autoridades, futbolistas y artistas nacionales.
El orgulloso padre, Luis Alfonso Chango, presidente vitalicio del Mushuc Runa Sporting Club, no escatimó en detalles. “Botó la casa por la ventana”, como se dice popularmente, pero sin perder la esencia indígena que lo ha caracterizado siempre.
Boda, bautizos y bendiciones
La jornada arrancó en la Catedral de Ambato el sábado 4 de octubre, donde monseñor Giovanny Pazmiño ofició la ceremonia religiosa. Allí no solo se celebró la unión de los novios, sino también el bautizo de los nietos de Chango: Mathias, hijo de Verónica, y Sofía, hija de Karina.
El novio lució un traje blanco cubierto con su poncho rojo de Chibuleo, mientras su esposa Solange —mestiza, de sonrisa tímida— brillaba con un vestido de corte clásico. Dicen que el amor nació hace seis años, en un aeropuerto.
Tras la misa, la calle Bolívar se transformó en pasarela de tradición y ritmo. Detrás de la banda de pueblo, la caravana de invitados caminó, bailó y cantó hasta el Complejo Intercultural Mushuc Runa, donde los novios llegaron en carruajes coloniales tirados por caballos.
Chanchos, borregos y muchos regalos
En el área de la fiesta se observaban presentes tradicionales: chanchos, terneros, borregos, quintales de papa y hasta flores. “Así se hace en la comunidad”, contaban los mayores. Cada regalo era símbolo de prosperidad para los recién casados.
Desde la cooperativa de Mushuc Runa llegaron delegaciones con toros y comida típica, mientras los músicos indígenas entonaban canciones con acordeones y bombos. Hubo lágrimas, risas y muchos recuerdos.
La celebración reunió a figuras de la política y la farándula: la prefecta de Cotopaxi Lourdes Tibán, los artistas Jonathan Luna, Margarita Lugue y Los Conquistadores del Ecuador, que pusieron el ritmo para una fiesta que se extendió 48 horas.

Una boda de película
La novia fue maquillada y peinada por Óscar Romero, reconocido estilista de Miss Universo. Junto a su esposo recibieron un rosario de perlas y corales valorado entre 4.000 dólares.
Pero más allá del lujo, lo que marcó la jornada fue el orgullo de las raíces: los trajes originales, el idioma kichwa que se coló entre los saludos, y los abrazos. Ambato fue testigo de una unión donde la modernidad se dio la mano con la identidad ancestral en una fiesta que duró dos días.



