Verónica Saltos no solo ha sido protagonista de la farándula nacional por sus polémicos comentarios, sino que ahora lo es por su cuerpo. Ella se sometió a un proceso quirúrgico llamado ‘Deep Plane Sculpting’, que consiste en la fractura de seis de sus costillas para reducir centímetros en su cintura.

Aunque para muchos este proceso es nuevo y un poco controversial, Verónica asegura sentirse bien y rechaza las críticas. En una entrevista con EXTRA, da detalles de la operación y revela los otros procedimientos estéticos por los que ha pasado. ¿Será que es adicta a las cirugías?

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Tienes una cintura muy finita y se te ve más ‘derrier’ (nalgas). ¿No te hiciste otra operación aparte de la de costillas?

Me hice el mega cambio en la cintura. Cuidado esas ‘atacadas’ empiezan a decir que me transformé. Solo terminé de esculpir mi silueta, pues ya había pasado por una liposucción, lo que hace que se me vea más cadera y un poco más marcado el ‘derrier’.

Responde con la verdad, porque sabemos que no es la primera vez que pasas por el quirófano.

La verdad es que mis operaciones han sido sin necesidad. Simplemente veía un poco de grasa aquí (se toca el abdomen) y quería entrar al quirófano, veía otra grasa por allá y quería entrar al quirófano, pero no porque me viera gorda, sino porque tenía una pequeña protuberancia. Mis cirugías fueron porque quise. La que me hice ahora es algo que siempre he deseado. Recordemos que hace muchos años fue un boom que Thalía (cantante y actriz mexicana) se haya sacado las costillas (…) Pues ahora, duela a quien le duela, soy la Thalía ecuatoriana. De hecho, cuando estoy con otras personas del medio (de la farándula) me llaman así.

Muchos comentan que esa operación es para sacarse costillas, pero en tu caso no fue así...

(Interrumpe) No, no me saqué las costillas. La técnica la voy a explicar tipo guayaco para que entendamos, así como me lo explicó el doctor (Juan Carlos Estrada). Las costillas te las fracturan en el quirófano y te las colocan hacia abajo, dándote la forma de silueta, la cintura del sueño de todas las mujeres.

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¿Cuánto tiempo duró el proceso quirúrgico?

Una hora y media. Ya cuando despiertas te han puesto la faja y pasas un día en recuperación. Salí contenta, me encanta lo que me realicé, a pesar de que hay personas en redes sociales que me critican. La otra vez estuve en un centro comercial y decían: “Ahí va la que se sacó las costillas”. Ya no me llaman Verónica Saltos, sino la descostillada (risas).

Te critican porque dicen que el cuerpo se te ve como reloj de arena y un poco falso.

Recordemos que cuando te hacen una liposucción o una cirugía en la barriguita, tienes que estar fajada. Entonces, obviamente la faja te presiona y te termina de moldear el cuerpo, pero al sacártela no es que quedas como un reloj de arena. Me encanta mi silueta, no se ve exagerada. Se me ve el torso más delgado y como mido 1,55 metros, por el tema de las costillas, me hace ver más alta.

¿Cuánto te mide la cintura?

He reducido medidas. Ingresé al quirófano con 70 centímetros y ahora estoy en 60. Ni siquiera cuando estaba ‘peladita’ tenía estas medidas.

¿Te han criticado colegas o gente de la farándula?

Llevo 10 años en el medio, dedicándome a lo que amo, y he observado a muchas personas que recién ‘salen del cascarón’, que se autodenominan maquilladores o que llegan de otros lugares para intentar criticarme, pero eso no me afecta. Cuando estás en el medio, los números juegan un papel importante. Por ejemplo, si alguien recién aparecido quiere entrar a la farándula, Verónica Saltos no le responderá; pero si alguien como Henry Bustamante lo hace, yo sí responderé, ya que él tiene un programa y es visto en la televisión abierta, la gente lo ama. Obviamente los números cuentan. Hay individuos que se sientan en un programa para hablar mal de mí, para difamarme, decir mil cosas y adjudicarme epítetos inventados, pero yo no perderé el tiempo respondiendo. ¡Qué pereza!

Muchos dicen que te volviste adicta a las cirugías...

Hay quienes dicen que cualquiera puede lucir guapo con cirugía, pero yo he publicado mis fotos del antes y después. Nunca me he tocado (operado) los labios, pero admito que me arrepiento de haber tocado mi nariz, pues antes era fina y tenía una pequeña punta, y ahora no me gusta. No he reconstruido mi rostro para que digan que soy guapa y hermosa gracias a las cirugías. Desafortunadamente, hace muchos años, tras dar a luz, me traumé porque mi cara lucía redondita, me puse gordita, así que me puse mentón y me coloqué una prótesis que empezó a moverse como gelatina, por eso decidí retirarla. El tema de los glúteos es polémico, ya que hay personas que no creen que yo tenga familia esmeraldeña y nalgona. Pero sí, soy esmeraldeña, entonces es de familia.

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Pero tienes secuelas de una operación en los glúteos.

Una vez me puse el veneno (biopolímeros) en las puntitas de los glúteos. Buscaba canjes para someterme a una operación, pero nadie me los ofrecía porque recién estaba comenzando en la televisión. Opté por los biopolímeros. Afortunadamente, no los apliqué en todo el glúteo. Después me los saqué en tres sesiones con un médico especializado, aunque obviamente quedó una pequeña mancha del proceso.

De todas las cirugías, ¿cuál dolió más?

La de las costillas, pero era la operación que más deseaba. Siempre supe que me la haría. Lo que más me molesta es el uso de la faja, ya que es incómoda para dormir. No entiendo cómo la diseñadora María del Mar Proaño dormía así (con faja).

Uno de los comentarios que más se leen en redes sociales es que le envidias el cuerpo a la presentadora Alejandra Jaramillo y que por eso siempre la criticas en el programa ‘Calientitos’, en el que eres presentadora.

Como buenas esmeraldeñas, tenemos un cuerpazo. Siempre he dicho que quienes escriben sandeces detrás de un celular son mujeres vagas, sin nada que hacer, que no trabajan y se dedican a molestar en redes sociales. No tengo por qué envidiarle el cuerpo a Alejandra porque, aunque no lo crean, ambas hemos recurrido a retoques (cirugías). Ella se hizo una pequeña liposucción en su momento. Todos piensan que es natural, pero no lo es. No tengo rivalidad con Alejandra Jaramillo.

¿No te afectan las críticas?

Durante 10 años me han conocido como la polémica Verónica Saltos, pero lastimosamente sí me han afectado, aunque no lo crean. Te confieso que he ido a psicólogos, he derramado ‘lágrimas de sangre’ y he soportado todo lo que las personas dicen de mí en redes sociales (se le quiebra la voz). Cuando subieron un video indebido (2019) a las redes sociales decidí no volver a sufrir por personas que hablan tonterías de mí.

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Veo que pusiste una barrera

Te diré algo. Cuando apagan la cámara soy diferente. Soy un personaje aquí, pero en casa soy otra persona. Incluso muchos me dicen que me crea un poco más lo que soy, que soy una marca, pero no lo sé. Hay personas que por estar en un programa se creen divas, pero yo no. Todavía me ‘acholo’ (sonrojo) cuando me piden una fotito en la calle o en alguna parte.

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