Las noches en Guayaquil se han vuelto riesgosas para quienes buscan entretenimiento en el centro de la ciudad. Aunque el índice de robos con escopolamina y sustancias similares es aún bajo frente a 2023, en lo que va de 2025 ya supera la cifra de 2024. Este delito ocurre cuando la víctima es aturdida con químicos sujetos a fiscalización, como benzodiazepinas y escopolamina, explica Gabriel Ochoa, investigador de la Policía Nacional.

¿Cómo actúan los delincuentes?

“Científicamente está comprobado que estos químicos no producen efecto directo a través de la ropa o papeles. Eso no existe”, sostiene. Los delincuentes logran el efecto al colocar la sustancia en polvo dentro de bebidas que la víctima ingiere.

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John Garaycoa, experto en seguridad y criminología, precisa que la vía oral es “la más efectiva para asegurar que la víctima quede aturdida, aunque no siempre se limita a una sola bebida. A veces se utilizan más de dos”.

Sin embargo, advierte que también pueden darse afectaciones tópicas, “cuando alguien se acerca a ofrecer ayuda, pero el contacto (con la sustancia) debe ser constante”, a través de papelería “dependiendo del tiempo de exposición” y por vapores dispersados en espacios cerrados. “Son situaciones que sí se dan en Guayaquil”.

A diferencia de otros delitos, aquí la víctima “permite que desconocidos se suban a sus automóviles o compartan bebidas en discotecas o bares”, dice Marco Cevallos, exinvestigador de la PJ y jefe de seguridad de la Universidad de Guayaquil.

Según la Dirección Nacional de Investigaciones de la PJ, este año los hombres (113) han sido más víctimas que las mujeres (17), porque interactúan más con desconocidos, incluidas trabajadoras sexuales, que suelen estar vinculadas a estos casos, indica la Policía.

Cevallos indica que no es habitual que las escopolaminaciones ocurran al tomar taxis fuera de centros comerciales, como se difunde en redes. “Eso de que una persona fue escopolaminada al salir de un centro comercial no es del todo cierto. Son mentiras que, en ocasiones, las víctimas suelen decir para ocultar infidelidades. Repito: a través del contacto con la ropa no se puede terminar drogado”, enfatiza.

No obstante, testimonios como el de Melanie, de 27 años, contradicen esa percepción: “Tomé un taxi solicitado por una app. Recuerdo haber avanzado hasta Miraflores, luego mi mente se borró. Terminé en Las Orquídeas, sin dinero, sin cartera y sin recuerdos. La única explicación que me dieron los médicos es que inhalé droga. ¿Denuncié? No. ¿Para qué? Aquí nadie nos protege”.

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Sonia Castillo cuenta que a su prima y a una amiga “las escopolaminaron al tomar un taxi en Plaza Dañín. Las dejaron botadas en la vía a la costa”.

John Fajardo, ingeniero químico y docente de la Espol, explica que “la inhalación del polvo puede inhibir el sistema nervioso” y recomienda cuidarse de parches o rociadas en la piel. Aunque admite que “el efecto es más rápido por vía oral”, no descarta otros métodos.

Garaycoa agrega que “esto suele pasar cuando el conductor de un taxi coloca un vapor… Al ser el vehículo un lugar cerrado, adormecen al pasajero cuando este inhala los vapores”.

La Policía ha identificado patrones: en su mayoría los robos con escopolamina ocurren los sábados, seguidos de domingos y viernes, entre las 23:00 y las 02:59, en zonas como el bulevar 9 de Octubre, el malecón Simón Bolívar, Puerto Santa Ana y La Atarazana. De los 130 casos denunciados este año, 48 corresponden al distrito Modelo y 35 al 9 de Octubre. “La 9 de Octubre debería ser la cara más bonita y visitada de Guayaquil, pero está llena de riesgos”, critica Sandy Robles, de Miraflores.

Fernando Cornejo, presidente de Segura EP, dice que en esos sitios no está permitida la presencia de trabajadoras sexuales y asegura que el Municipio refuerza la recuperación de espacios con patrullajes 24/7 y videovigilancia.

En el parque Centenario, los incidentes bajaron de 617 en el periodo enero-agosto de 2024 a 297 en igual lapso de 2025, y los relacionados con drogas de 154 a 43. Aun así, los robos por aturdimiento siguen superan la centena: 147 en 2023, 114 en 2024 y 130 en lo que va de este año, sin contar los no denunciados.

Para Cevallos, no basta con cuestionar a las autoridades, pues “no hay capacidad humana suficiente”. El ciudadano Danilo Mera propone más inteligencia y control ante el auge de taxis informales y Jorge Moreira, residente de la Kennedy, reclama acciones concretas: “Si las autoridades dicen que no se permite la presencia de trabajadoras sexuales en la avenida 9 de Octubre y en el Puerto Santa Ana, ¿por qué están allí? Las vemos siempre y nadie hace nada”.

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