La explosión que estremeció la Bahía de Guayaquil el pasado 3 de junio ‘retumba’ aún entre los comerciantes del sector. Cuatro meses después, el estruendo no solo dejó vidrios rotos y pérdidas materiales; también sembró una desconfianza que crece con cada nueva revelación.

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“Nosotros no estamos libres de los atentados todavía”, dice Lucía Peña, vocera del Frente Único de Organizaciones de la Bahía. “Nadie nos explicó qué pasó realmente. Preguntábamos a la Policía por el detenido, pero solo nos decían que seguían investigando. Después ya no supimos más. Ahora aparece ese carro de lujo y todo se pone peor”.

El “carro de lujo” del que habla es un Porsche Cayenne con placa registrada a nombre de Industrial Molinera, empresa relacionada con la familia del presidente Daniel Noboa. Según denunció el asambleísta correísta Juan Andrés González, el vehículo habría visitado la vivienda del presunto autor del atentado, Iván Ballesteros Chila, en la Isla Trinitaria, sur porteño.

La Fiscalía, sin embargo, ya había cerrado el caso emitiendo un dictamen abstentivo a favor de Ballesteros. En un comunicado del 15 de octubre, la institución explicó que no se hallaron pruebas suficientes para acusarlo y que la investigación fue “técnica, objetiva y exhaustiva”. Pero esa versión no termina de convencer a los comerciantes, que siguen esperando respuestas.

Comerciantes de la Bahía de Guayaquil piden evidencias contundentes

Lucía Peña se muestra incrédula. “No me parece honesto lo que dijo la Fiscalía. Si hubo seguimiento de cámaras, ¿por qué dicen que no hay pruebas? Un Porsche en la casa del sospechoso no es casualidad. Exigimos respuestas reales de por qué dejaron libre al sospechoso”.

Cuenta que apenas se conoció la denuncia, la Bahía se llenó de militares y policías. “Pero duró hasta el jueves. Hoy (viernes 17) ya no hay nadie. Nos dejan solos otra vez”, lamenta.

Lucho Vásconez, vendedor de ropa en la zona, confiesa que las nuevas revelaciones lo tienen confundido. “Ahora que dicen que el carro de alta gama estaba metido en esto, yo sí me doy lugar para la duda”, admite.

“Algunos pensaban que el alcalde Aquiles (Álvarez) había tenido algo que ver, porque en ese tiempo nos trataba mal, pero ahora ya no. Con esto, capaz fue (Daniel) Noboa… ¿pero para qué? ¿Qué gana con eso?”, se pregunta.

La preocupación de él va más allá del caso judicial. “Estamos en indefensión. Si las autoridades, que deberían protegernos, se ponen del lado de los sospechosos, ¿qué nos queda a nosotros? Ya viene diciembre, el mes más importante, y no sabemos si va a ser seguro trabajar”.

Una dirigente de los comerciantes informales, que pidió mantener su nombre en reserva por miedo a represalias, fue más directa: “Obvio que tiene que ver (Daniel) Noboa”, dice. “Aquí el comercio está muerto. La gente no viaja, nadie compra. ¿Y quién se atreve a reclamar? Nadie, porque enseguida te señalan o te llevan preso. Mire lo que pasa con nuestros indígenas”, añade en referencia al paro nacional, en el que las detenciones se multiplican.

El alcalde Aquiles Álvarez, por su parte, volvió a encender la polémica ayer. “Cuando un Porsche Cayenne aparece ligado a nombres de peso, como Industrial Molinera, no es fantasía: es escándalo con apellido”, escribió en su cuenta de X.

En tanto, distintos sectores sociales también se han hecho eco del malestar. La Comuna Barrios del Sur de Guayaquil realizó un plantón frente a la sede de la Fiscalía el miércoles, exigiendo claridad sobre el caso. Sin embargo, pese al ruido de las consignas y los carteles, las respuestas oficiales siguen sin ‘explotar’.

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