Este miércoles 3 de diciembre, Roberto Eliut Campos Crespo fue trasladado desde el Centro de Privación de Libertad de Quito hacia el Centro de Privación de Libertad N.º 4 de Guayaquil, según consta en un documento judicial al que este Diario tuvo acceso. El oficio detalla que el movimiento se realizó por disposición judicial y que se notificó a todas las partes procesales.

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Para la familia de la víctima, este traslado representa un paso más hacia la reparación simbólica. “Es una satisfacción muy grande saber que cumplirá su sentencia en una cárcel de Guayaquil. La solicitud la presenté en octubre pasado, a través de mi abogado”, indicó María Flores, madre de María Fernanda Fernández de Córdova Flores, la joven asesinada a martillazos en 2011.

Flores recordó que tanto ella como su familia han acompañado el caso durante más de una década. “Hemos estado presentes en cada audiencia y en todo el proceso, pero por fin se ha hecho justicia. Queríamos que cumpla su condena y, sobre todo, que sea trasladado a una cárcel de Guayaquil, donde ocurrió el crimen. Por fin se resolvió que debía ser llevado a un centro de Guayaquil y no a la cárcel de El Inca, en Quito, donde permanecen personas detenidas por temas políticos o delitos menores”, señaló.

La mujer insistió en que el traslado era un punto clave en su búsqueda de justicia. “Él es un asesino, lo podemos decir porque fue sentenciado. Mató a mi hija; ya no es sospechoso, sino un sentenciado. Esta es la culminación de este dolor, de esta lucha que me llevó años. Ahora dejo todo en manos de Dios y que cumpla la pena por haber matado a mi hija. Aunque el dolor nunca se acabe, siempre va a estar latente”, afirmó.

Además, cuestionó su permanencia previa en El Inca: “Allí están personas con temas políticos o delitos menores; no era el lugar para alguien condenado por un crimen tan brutal”.

Una batalla judicial que tomó más de una década

El jueves 15 de mayo, la Sala Penal del Guayas ratificó la sentencia de 25 años de prisión contra Campos Crespo, conocido como El Martillador de Urdesa. Fue declarado culpable del asesinato de María Fernanda, ocurrido en octubre de 2011 en Guayaquil.

El crimen conmocionó al país: la joven universitaria recibió más de 20 golpes con un objeto contundente, según determinó la investigación.

Doce años después del hecho, su expareja —entonces prófugo— fue capturado en Perú. En octubre de 2024, la justicia ecuatoriana lo sentenció a 25 años de prisión y al pago de 100.000 dólares como reparación integral para la familia. Sin embargo, apeló la resolución alegando prescripción de la acción penal y una supuesta falta de motivación en la sentencia emitida el 14 de octubre de 2024.

María Flores recordó que este 4 de diciembre se cumplieron 14 años y dos meses del asesinato de su hija. “La decisión se da justo en una fecha que me recuerda su muerte”, concluyó.

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