Guayaquil ha superado los siete meses sin radares sancionadores operativos. En abril, la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM) informó que los dispositivos serían desconectados temporalmente para calibración, un proceso que se preveía duraría pocos días. No obstante, han transcurrido más de 220 días y los equipos siguen inactivos por motivos adicionales.

En una entrevista en mayo, el exgerente de la ATM, Manuel Salvatierra, indicó que los radares estarían operativos nuevamente en octubre de 2025, fecha que ha llegado sin que se haya cumplido dicha promesa.

La ATM explicó que la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) es la entidad responsable de establecer los lineamientos técnicos requeridos para reiniciar el proceso. Paula Moscoso, directora de Sostenibilidad y Seguridad Vial de la ATM, precisó que sin las directrices de la ANT, no se puede avanzar en la contratación de nuevos aparatos.

Los radares estuvieron operativos hasta el 4 de abril, cuando la ANT anunció nuevas directrices que se están esperando. Moscoso afirmó que la actividad de los radares no depende exclusivamente de la ATM, ya que se requieren lineamientos oficiales.

¿Cuándo volverán a funcionar los radares de la ATM en Guayaquil?

Moscoso advirtió que, una vez se publiquen las especificaciones técnicas, será necesario evaluar si los radares actuales cumplen con los nuevos parámetros. Si los requisitos no se ajustan a los equipos existentes, se deberá iniciar un proceso que incluye contratación, diseño de presupuesto, selección de proveedores e instalación.

Se estima que, tras la definición de las regulaciones, el proceso no debería extenderse más de un año; sin embargo, reiteró que la falta de radares persistirá al menos hasta finales de 2026. El exgerente de la ATM había mencionado anteriormente que el proceso podría tardar entre cinco y seis meses, pero se requiere que las directrices de la ANT sean emitidas.

A pesar de la inoperatividad de los radares, la ATM menciona que ha implementado medidas alternativas, como campañas preventivas, para disminuir los accidentes por exceso de velocidad. No obstante, expertos en movilidad advierten que el control electrónico es esencial para reducir la siniestralidad.

La percepción ciudadana es clara: aunque muchos conductores criticaban el funcionamiento de los radares, reconocen que contribuían a moderar la velocidad. La ATM ha admitido que la falta de radares ha incrementado los accidentes y muertes por exceso de velocidad.

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