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Guayaquil

Damiana carga a su pequeña hija, mientras Orlando relata el viacrucis que han vivido.Roberto Espinoza Mogro

"Debe esperar que muera": así le respondió médico del Teodoro Maldonado a un paciente

(VIDEO) A Orlando le negaron la derivación en el hospital Teodoro Maldonado para Solca. Su esposa organiza rifas para pagar sus tratamientos.

Al golpe que recibió por su diagnóstico de cáncer terminal en el estómago, Orlando Valencia Caicedo sumó otro más: el “trato descortés” del personal oncológico del Hospital Teodoro Maldonado del IESS, tras pedir su derivación a Solca.

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Junto a Damiana Aguirre Quiñónez, madre de sus hijas de ocho años y de tres meses de nacida, libra cada semana una batalla por conseguir el dinero para los medicamentos que le recetan en las consultas privadas. 

“Fui a Solca porque allá me están ayudando más, aunque todo lo tengo que pagar”, le explica Damiana, de 29 años, a Diario EXTRA en su domicilio en el suburbio porteño.

Mal diagnóstico

El calvario de Orlando, de 33 años y camillero en el Hospital Universitario desde 2017, comenzó en febrero de este año. Primero sintió un ardor abdominal, luego vinieron los vómitos. “Fui al Hospital del IESS de Los Ceibos y me dijeron que no tenía nada. Entonces presté un dinero, me hice la endoscopia por mi cuenta y me encontraron un tumor. En la biopsia salió que era maligno”.

Con el examen en mano acudió al dispensario Valdivia y logró que lo deriven al Teodoro Maldonado. “Allá me dijeron que me habían hecho una gastrectomía (remoción total del estómago) y que había quedado perfecto, pero no fue así”, recuerda.

“No me dieron las indicaciones de la dieta, solo le informaron a mi mujer que podía comer de todo. Mi estómago siguió hinchándose y me decían que era normal”, continúa.

Desesperado, pagó por una tomografía con contraste que costó más de $600. “Para reunir el dinero me ayudaron mis compañeros de trabajo, familiares y mi esposa hizo bingos y rifas. Fui a Solca y me indicaron que no me habían hecho bien la gastrectomía porque ahí seguía el tumor”.

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“Se tiran la pelotita”

Damiana cuenta que hace una semana, en el área oncológica del Teodoro le aseguraron que el pasado martes 7 de octubre le darían la derivación a su pareja, con quien convive desde el 2014.

“El doctor que lo atendió en Solca y también trabaja en el Teodoro, me dijo que lo iba a derivar, pero no fue así porque tenía una cirugía programada”, comenta.

Y añade: “Entre los médicos del Teodoro se tiran la pelotita y no dan solución. Esperé dos horas para que me ayuden, pero otro doctor me dijo que ahí no dan derivaciones”.

“Ya han sido varios pedidos de traspaso, pero el doctor llegó a decirme que el diagnóstico no iba a cambiar y que si tenía plata, que lo lleve (a Solca)”, relata.

En 2020 el Hospital Universitario le entregó un diploma por su trabajo, pero el sistema de salud pública no lo ha apoyado.Roberto Espinoza Mogro

“No tienen empatía”

La lucha de Damiana es para que Orlando “pueda seguir compartiendo con sus hijas, porque lo necesitan. Yo no lo quiero dejar morir. Hay que tener empatía, pero ni los médicos ni este Gobierno la tienen con los asegurados”.

En agosto, cuando Orlando se agravó, volvió al Teodoro Maldonado. La respuesta del médico de turno en emergencias la dejó helada: “Usted ya debe esperar que muera, porque tiene cáncer terminal”.

DatoLas personas o entidades que deseen ayudar a Orlando se pueden comunicar al número celular 096-193-7482.

“Me dijeron que no había cama y que debía esperar cuatro días, que si quería que espere. Lo dejaron sentado en una silla y Orlando me dijo: ‘Mija, sácame de aquí, que me van a matar’. Le pedí al médico que le saque la sonda gástrica y me respondió: ‘Sáquesela usted’. Entonces los médicos internistas lo hicieron”.

Ahora Damiana pide ayuda también a las fundaciones de asistencia social. Además de los medicamentos, debe costear el arriendo, los servicios básicos, la comida y la leche y pañales de su bebé. Mientras tanto, Orlando resiste entre el dolor, la impotencia y la falta de humanidad.

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