Kenya, la niña de 12 años que el pasado 21 de septiembre intentó quitarse la vida, permanece postrada en una cama. Además de necesitar cuidados permanentes, requiere medicamentos para aliviar sus dolencias y una pastilla especial que sus familiares no han podido conseguir. Ese fármaco podría ayudarla a recuperar parcialmente la movilidad de sus manos, que permanecen rígidas y sin respuesta.

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La menor de edad cursaba el séptimo año de educación básica en una escuela de Durán y, según sus familiares, había sido víctima de acoso escolar por parte de dos compañeras de aula, que se burlaban de ella y le enviaban mensajes ofensivos.

Semanas antes del suceso, Kenya tuvo un altercado con una de las niñas que la hostigaban. “Una compañera quiso empujarla por las gradas, pero Kenya se defendió. Aún así, citaron a su mamá para que firmara un acta”, relató su tía. 

“Le decían cosas terribles: que era fea, que parecía ‘el mojón del perro’. Una incluso le escribió el domingo, antes de lo que pasó: ‘Te vengo a recordar que mañana es lunes, no te olvides los aretes. Y si no los llevas, te parto la madre’”. Tras esa amenaza, la niña habría intentado quitarse la vida.

“Ahora debe estar medicada para poder recuperarse, aunque los médicos nos han dicho que nunca volverá a ser la niña de antes”, añadió la pariente.

Un tratamiento costoso

Kenya necesita varios medicamentos de uso diario: Carnisin (para prevenir convulsiones), Cerebrol (para fortalecer el sistema nervioso) y Baclofeno (para aliviar la rigidez de sus piernas). También requiere pañales, cobertores de cama y otros insumos básicos que su madre consigue con ayuda de familiares.

Sin embargo, uno de los tratamientos más importantes depende de un medicamento que no se consigue en Ecuador: Artane, que debe tomarse cada 12 horas y solo se vende bajo receta médica en España o Chile.

“Tenemos familiares en España y les hemos pedido que nos ayuden comprando las pastillas, pero allá solo las venden con receta de ese país. Buscamos en todo Ecuador y no hay. Nos dicen que (en España) no aceptan recetas ecuatorianas”, explicó la tía.

Kenya fue dada de alta el 22 de octubre, tres días después de cumplir 12 años. Desde entonces permanece inmóvil, sin poder hablar, caminar, ni sentarse por sí misma. Se alimenta por sonda nasogástrica y requiere terapias físicas y de lenguaje diarias.

“Nos mira, pero no habla. Con la medicación puede controlar algunos movimientos, pero sus bracitos siguen rígidos”, contó su tía.

Los médicos advirtieron que su recuperación será lenta y que las terapias podrían devolverle entre un 50 y 70 % de movilidad, aunque el daño cerebral es irreversible. “Ya no será la misma niña que era antes”, les dijo el neurólogo a la familia.

Denuncia y silencio

Los familiares de Kenya presentaron una denuncia ante las autoridades educativas, pero aseguran que la institución intenta deslindarse de toda responsabilidad. “El distrito vino y dijo que el caso era complejo porque había una presunta violación ocurrida hace cuatro años en otra escuela”, manifestó el tío.

Según la familia, esa versión busca desviar la atención. “Esa historia es falsa. En esa escuela había solo nueve alumnos por grado. Lo dicen para cubrirse”, afirmó. “Queremos que se sepa la verdad”, insistió la tía. “Esto no puede quedar impune. Fue víctima de acoso escolar y hoy está postrada en una cama por culpa del silencio y la negligencia”.

El Ministerio de Educación respondió a este Diario mediante un comunicado, en el que indicó: “Las estudiantes presuntamente involucradas en el acoso han sido separadas del plantel mientras se desarrolla la investigación. Y, de confirmarse que la institución tuvo conocimiento previo del acoso y no actuó según la normativa, se iniciará el respectivo proceso sancionatorio conforme a la Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI) y su reglamento”.

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