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Guayaquil

Después que le rindieron honores en la tribuna, el Santísimo Sacramento fue llevado hasta el sitio donde monseñor Luis Cabrera presidió la misa.FRANCISCO FLORES

Procesión de la Virgen María en Guayaquil: Un llamado a la paz y la esperanza

Feligreses de las diferentes parroquias dedicadas a la Madre celestial participaron de la caminata de fe

"María nos enseña a confiar en que Dios no nos abandona... de que está con nosotros... En un mundo herido por guerras, por divisiones, María nos recuerda que la paz se construye con un corazón abierto a Dios... que no se compra..., sino que se la recibe como un don..., dijo en su homilía el cardenal y arzobispo de Guayaquil, monseñor Luis Cabrera, en el acto litúrgico al finalizar la procesión de este sábado 6 de septiembre de 2025.

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Al concluir el evento en honor a la Virgen María, monseñor Cabrera invitó a que llevemos en el corazón el lema de la procesión: 'María peregrina de esperanza y paz', para que 'seamos hombres y mujeres de paz'.

Posteriormente, con solemnidad, dio la bendición con el Santísimo Sacramento, y algunos de los devotos la recibieron de rodillas. Mientras se oraba y se bendecía el nombre de Jesús, el Himno de Guayaquil se escuchó de fondo.

El obispo auxiliar de Guayaquil, monseñor Gerardo Nieves, agradeció a las diferentes parroquias, asociaciones marianas, instituciones, Fuerzas Armadas y a todos quienes organizaron esta peregrinación. También pidió que Dios siga bendiciendo a la ciudad y conceda paz.

En el recorrido llevaron representaciones de las diferentes advocaciones marianas en la ciudad.FRANCISCO FLORES

Imágenes decoradas

En esta procesión organizada en conmemoración de la Natividad de la Virgen María, que la iglesia católica recuerda cada 8 de septiembre, varias de sus representaciones estuvieron engalanadas y decoradas con rosas.

La imagen de la Virgen de El Cisne, que fue colocada en el altar, estaba adornada con un corazón elaborado con rosas rojas y blancas.

A la efigie de la Virgen de Fátima también le colocaron un marco con rosas blancas, amarillas y anaranjadas. A la Virgen de la Merced se la vio decorada con los colores amarillo, azul y rojo.

Admirada en diferentes advocaciones, María es un signo de esperanza y con un Ave María se le pidió por las familias, por las misiones, por las vocaciones y por la vida consagrada.

Esta es la segunda procesión mariana realizada por la Arquidiócesis de Guayaquil. Participaron 161 parroquias con 58 advocaciones de la Virgen.

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