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Guayaquil

La calle Rumichaca, en su totalidad, fue intervenida por el Municipio de Guayaquil. Ahora será de hormigón.ALEX LIMA

Reconstrucción calle Rumichaca: comercios sufren con polvo y malos olores

Al centro de Guayaquil hay que ir con mascarilla. La gente no se queja de los trabajos, pero sí de que su salud termine afectada por la polvareda

Ni el polvo de la reconstrucción de la calle Rumichaca, en el centro de Guayaquil, ahuyenta a los compradores en esta época navideña. Caminan por las aceras a pesar del polvo, basura y malos olores, causados, según los comerciantes de esa zona, por la obra en marcha.

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“No se puede andar por allí sin sentir incomodidad... He tenido que taparme la nariz o aguantar la respiración cuando paso a comprar algún foco en los locales de iluminación. Sé que es por la obra y no digo que esté mal, sino que pediría más control”, expresó el ciudadano Roberto Valero.

Las ventas no despegaron

Sheyla Figueroa, asesora en una óptica de ese sector, comentó a EXTRA que “si se relataran todos los perjuicios, se llenaría un diario completo” pues hasta su salud y la de algunos compañeros se ha visto afectada por los trabajos realizados por la maquinaria pesada.

“Lo que más nos afectó fue el descenso de las ventas. Durante los meses de agosto y septiembre se redujeron en 50 por ciento y estábamos muy preocupados. A medida que transcurrían los meses se elevaron, pero de todas formas sí dejó consecuencias: los locales a mis costados (en la esquina de Rumichaca y Vélez) tuvieron que cerrar”, dijo apenada.

La ‘lista negra’ de Sheyla continúa porque, según indicó, el polvo se acumula dentro de los locales, mientras que la basura y personas en situación de calle se amontonan en los exteriores de los negocios todos los días.

A causa del cierre, las calles transversales sirven como garajes al aire libre.ALEX LIMA

En el caso de la óptica donde labora la joven, han decidido contratar de manera ocasional a personas que limpien las veredas, usando hidrolavadoras. “Apenas se hizo el día viernes y hoy (domingo) ya está sucio otra vez. Lo peor de todo es que el pago constante ya nos significa un gasto grande”, reforzó.

Perjuicios en la salud: ¿qué sucedió?

Lo peor que ha pasado esta mujer fue la reacción alérgica (eso es lo que ella piensa) a un “humo negro” que salía de la construcción apenas se inició. “Nos llenamos de unas ronchas rojas que parecían sarampión. Fue horrible”, mencionó.

Así como el negocio de Sheyla ha perdido, Mónica Burgos, una comerciante informal, en cambio ha ganado: a causa de la poca afluencia de transeúntes, la cantidad de agentes metropolitanos también ha bajado significativamente. “No me han sacado de mi esquina (risas), he podido vender sin problema”.

La obra, según los comerciantes, ha perjudicado las ventas.Esto es lo que dicen

Otros dos ciudadanos que se dedican a cuidar carros también han ganado su ‘tajada’. Todos los días, en las calles transversales a la Rumichaca, se estacionan vehículos en garajes improvisados. De manera minuciosa, los ‘cuidacarros’ organizan el espacio para que quepan, al menos, 50 carros en cada cuadra. Este escenario se repite en todas las intersecciones inhabilitadas.

Los conductores, por otra parte, también enfrentan las consecuencias de los cierres. Según Kevin, quien transita casi todos los días por el centro, el recorrido que antes le tomaba una hora se le duplicó y cada vez se torna más “estresante” por el habitual ajetreo navideño.

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