El equipo que conforman Jonathan Gómez y María Corozo, esposos desde hace 10 años, es el ‘dúo maravilla’: él maneja la 'estrategia de marketing' y ella se encarga de la sazón de su negocio, ubicado en la 12 y Francisco Segura, suroeste de Guayaquil, desde hace apenas un par de semanas.

(Te invitamos a leer: San Miguel de Sarampión, Manabí: de bosque de caucho a cuna del cacao fino de aroma)

Él, con determinación y voz fuerte, relata en una transmisión en vivo en TikTok lo que ofrecen en la vereda del pequeño espacio que rentaron en el suburbio, en una zona cercana al barrio Cristo del Consuelo. 

“Aquí van a encontrar los mejores corviches, con la sazón de la hermana María. Y si no quiere corviche, pues tenemos corvina frita, encocado de jaiba, cangrejo y chancho. Todo esto con las cinco ‘b’: bueno, bonito, barato, bendecido y bastante”, detalla.

Así es cómo se hacen las transmisiones en TikTok

Mientras tanto, María prepara los corviches frente a una cocina industrial instalada también en la acera. Agarra una parte de la masa de verde, le añade la preparación de pescado, camarón o calamar y ‘cierra’ la masa. Luego, los lanza al aceite hirviendo y así poco a poco cocina sus corviches.

Todo esto queda registrado en el ‘live’, pues con la ayuda de un trípode instalan dos teléfonos con dos cuentas diferentes de esta red social y comparten con los seguidores la rutina en el negocio. 

Aunque La Sazón de María, como han llamado a su local, apenas tiene dos semanas funcionando, el hombre apostó por lanzar su negocio a través de las redes sociales, al saber que la interacción y el alcance en ellas es mayor a solo promocionarse ‘de boca’ entre sus conocidos y familiares.

“No somos expertos, pero Dios nos bendijo con esto y lo estamos encaminando para que crezca. Vimos la oportunidad para dar a conocer el negocio y decidimos intentarlo. Igual, no perdíamos nada”, señala Jonathan, de 38 años y oriundo de la urbe porteña.

María, en cambio originaria del norte de la provincia de Esmeraldas, se dedica enteramente a la cocina, ya que “desde los 13 años” aprendió y le cogió el gusto a la gastronomía criolla. “A esa edad vinimos a Guayaquil y me tocó ayudar en casa, mientras mi mamá también trabajaba vendiendo comida”, recuerda.

A su ‘plan de comunicación’ le suman una promoción para que los usuarios en redes se conecten y consuman en su negocio: si le hacen una captura de pantalla al ‘live’, tendrán un corviche gratis al acercarse a hacer una compra. “Nos ha servido bastante. De esa manera retribuimos lo que Dios nos ha dado a nosotros”, concluye Jonathan. 

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!