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Guayaquil

Víctor Guarín mientras mira su teléfono con ayuda de unos lentes, pero con una escasa visión.FRANCISCO FLORES / Extra

Víctor, el del “se ha perdido un barrio” de José Delgado, clama atención médica

Lleva meses entre citas sin respuesta del Ministerio de Salud. Experto aclara que las cataratas no son emergencia, pero cada caso es distinto

En un cuarto alquilado de 6 por 4 metros en el suburbio de Guayaquil, Víctor Guarín Marín (69 años, cartomántico de baraja española, conocido por muchos como el Mago Blanco) vive casi a oscuras. “Veo sombras, como si estuviera metido en una neblina”, comenta mientras acerca su rostro a pocos centímetros del teléfono para poder distinguir una silueta.

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Su día empieza tanteando los objetos, caminando despacio para no tropezar, palpando los bordes de una pequeña cocineta donde ya se ha quemado más de una vez al intentar prepararse un pan tostado.

Víctor vive solo. No tiene familia cerca, ni contactos, ni quien lo acompañe a una cita médica. “Estoy casado aún, pero nos separamos hace como quince años. Teníamos una hija… No sé si viven o ya murieron, porque hace muchos años que no sé nada de ellas”, dice sin dramatismo, como quien ya se acostumbró al abandono.

Aún recibe a uno que otro cliente fijo que busca sus lecturas de baraja española; “no tarot”, aclara. Esa ha sido su forma de subsistencia desde que tenía ‘veintipico’ de años. Su reputación fue tal que en los años noventa llegó a salir en televisión, debatiendo sobre magia blanca y sanación.

No lo atienden por burocracia del Ministerio de Salud Pública

Víctor lleva tres años sintiendo cómo el mundo se le oscurece, pero recién en el año 2024 un oftalmólogo privado le dijo lo que tenía: cataratas avanzadas en ambos ojos. “Me alegré, pues pensé que era una operación sencilla: una hora, láser, y ya veía otra vez. Pero no fue así”.

Desde junio de este año ha ido peregrinando por distintos centros del Ministerio de Salud Pública (MSP). Cada visita, cada examen, cada entrega de resultados y cada ventanilla le suma otro mes de espera.

Don Víctor observa su cocineta, en la que ya ha sufrido varios accidentes, por sus cataratas.FRANCISCO FLORES / Extra

“Y así han pasado seis meses. Me dicen que vuelva en dos meses más para verificar cómo va el trámite. Pero no me dan fecha, ninguna, y yo ya no veo. En un mes o menos ya no veré nada y la cirugía será en vano”, lamenta.

Su pedido es simple y urgente: que el MSP adelante su operación, antes de que la oscuridad sea definitiva. También espera que el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) pueda apoyarlo con un bono o una pensión humanitaria para sostenerse.

El día que se ‘inmortalizó’

Muchos conocieron a don Víctor por un jocoso video con el periodista José Delgado, grabado en 2021, en pleno ambiente de pospandemia y toques de queda. Delgado recorría el barrio Garay, reportando sobre inseguridad y consumo de drogas, cuando vio a Víctor conversando con un amigo y decidió acercarse con la cámara encendida. Víctor no lo tomó bien.

Delgado le afirmó: “Este barrio está perdido, señor”. Y él respondió, serio, sin una sola sonrisa: “¿Está perdido? Ya lo encontró usted, señor. ¿O por qué no pone a alguien para que lo busque? Dígales que envolvieron las calles y se las llevaron”.

La escena se volvió un clásico del humor involuntario en redes. Miles se rieron, aunque Víctor no tanto. Él insiste en que intentó hacer quedar mal a Delgado para evitar salir en pantalla. No quería ser materia de burla. “Yo pensé que la gente se iba a reír de mí”, confiesa.

Pero la reacción fue la contraria: la gente lo abrazó, lo celebró, lo encontró gracioso sin malicia. Desde entonces lo reconocen en la calle y se toman fotos con él, ‘servicio’ que hasta ha cobrado en tres dólares a los 'curiosos'.

Sin embargo, todavía tiene resentimiento por la exposición prolongada de su imagen y, para colmo, sin su autorización. “Él se comió el melón entero y ni la cáscara me tiró”, dice.

¿Las cataratas son reversibles?

El oftalmólogo Marlon Dueñas (IG: @centro_del_ojo) explica que la catarata, en la mayoría de casos, no es una emergencia. Señala que es una causa de “ceguera reversible” y que su cirugía “se puede planificar sin que el paciente sufra pérdida”. En contraste, advierte que “otra cosa es el glaucoma”, que genera daño irreversible y sí requiere urgencia.

Aclara que no puede definir prioridad “sin evaluarlo en persona”, porque la evolución varía: algunos pacientes pueden convivir con la catarata por años, mientras que casos como la catarata hipermadura exigen atención más pronta.

Marlon Dueñas, oftalmólogo.Cortesía

Dueñas subraya la importancia de “educar al paciente” para que entienda que operar temprano ofrece mejores resultados, pero no convierte al procedimiento en una emergencia. Lo ideal, dice, es intervenir cuando el paciente está bien estudiado y con su salud general controlada.

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