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Roberto frente a la computadora, en el espacio donde realiza transmisiones pornográficas en línea.Cortesía

Contenido para adultos en Ecuador: el negocio detrás de las cámaras, cifras y riesgos

Expertos alertan sobre el impacto emocional y las expectativas irreales que deja esta industria en los jóvenes ecuatorianos

El consumo de contenido para adultos en Ecuador ha alcanzado cifras récord en los últimos años. Solo en febrero de 2025 se registraron 12 millones de búsquedas en este tipo de páginas. Plataformas como Pornhub y Xvideos se ubican entre los sitios más visitados del país, superadas únicamente por gigantes como Google, YouTube y Wikipedia. Detrás de estas cifras hay historias de ecuatorianos que encontraron en el mundo digital una forma de generar ingresos, pero también hay riesgos 

Roberto vive en una habitación pequeña en Durán (Guayas), donde frente a su cama instaló un gimnasio casero que le ayuda a mantener sus pectorales definidos a los 50 años. Cuando no visita a sus clientes como vendedor, enciende luces blancas, una cámara y una computadora para mostrar su cuerpo en plataformas de contenido erótico.

(Lea también: Juguetes para adultos: Guía completa de tipos, cuidados y ocasiones)

“Empecé este trabajo hace diez años, con mi pareja. Teníamos dos bebés pequeños y necesitábamos el dinero. Al principio no entraba mucha gente, pero luego sí empezaron a ingresar. A veces transmitía ella sola y, en otras ocasiones, yo llegaba al cuarto como si fuera el repartidor de pizza o el vecino… A veces nos llegaban cheques mensuales por quinientos dólares”, recuerda Roberto.

Según informes de la consultora Mentinno, en febrero de 2025 en Ecuador se realizaron 12 millones de búsquedas en páginas de contenido para adultos. Pornhub se ubicó como la cuarta web más visitada en el país, después de Wikipedia, Google y YouTube. En septiembre de 2024 hubo 10 millones de visitas y en junio de 2023 hubo 6 millones.

Ecuador no figura entre los veinte países que lideran las visitas a este sitio, a diferencia de México, Brasil, Argentina y Perú, que sí aparecen. La lista la encabezan Estados Unidos, Francia y Filipinas.

Para el psicoanalista Juan Pablo Bitar, el aumento en el consumo de contenido para adultos está relacionado con un cambio generacional. “Para quienes ahora tenemos más de cuarenta años, el sexo era algo muy velado, muy reprimido y escondido durante la adolescencia. Ver pornografía era hasta sancionado y no había tanto acceso a internet. Acceder a una revista Playboy era difícil y, claro, el sujeto podía fantasear, pero hoy vivimos en una época en la que el cuerpo se muestra. Ya no hay una regla, una norma, una ley, y la pornografía crea una expectativa muy falsa del sexo”, relata

Roberto expresa su preocupación por la disminución de sus ingresos debido al aumento de competidores en el mercado digital.Cortesía

En busca del estrellato

La pornografía en línea atrajo a Daniel, productor audiovisual que intentó alcanzar la fama en la página Xvideos. “Era 2023 y me pagaban tarde en el trabajo. Buscaba un ‘cachuelo’ formal y pensé que esta era la forma más fácil de ganar dinero. Soy muy voyeurista. Ya veía videos de parejas reales y me parecían muy sexis. Los protagonizados por actores no me llaman tanto la atención. Grabé un video sin mostrar el rostro, yo solo, y lo subí. Puse mis datos verdaderos para que me paguen, leí el contrato de la página y subí cinco videos en seis meses”, detalla.

Daniel creó una cuenta en X (antes Twitter) para promocionarse, subiendo pequeños extractos de sus videos, pero fracasó. “Me siento mal por eso. Por suerte, ya las cosas empezaron a mejorar en mi trabajo y me pagaban a tiempo, así que lo dejé”.

En el caso de Roberto, aunque sigue transmitiendo en vivo, sus ingresos han caído últimamente. Atribuye la baja a la sobreoferta de personas ofreciendo servicios similares en línea.

Bitar considera que esta industria se ajusta a una época íntegramente capitalista, en la que se ofrecen videos caseros de parejas. “Pero habría que cuestionar qué tanto consentimiento hay en ellos. Creo que hace diez años alguien no habría dicho que disfrutaba de ser mirado. Eso es muy de esta época: ser devorado, consumido por la mirada del otro”.

Jóvenes, los más consumidores en Ecuador

Psicólogo alerta que el consumo compulsivo de pornografía puede llevar a la pérdida de control.Tomado de Muy interesante

Cincuenta y cinco personas participaron en la investigación ‘Regulación emocional en adultos con uso habitual de pornografía’, realizada en 2024 por el psicólogo Gustavo Dufart en Guayaquil. Uno de los requisitos era consumir contenido para adultos al menos dos veces por semana y ser mayor de edad. El estudio determinó que el 69 por ciento de los participantes tenían entre 18 y 24 años.

Páginas como Pornhub, Xvideos y la plataforma OnlyFans concentraron el 83,64 por ciento de las preferencias. El 14 por ciento de las búsquedas se hicieron en redes sociales como Facebook e Instagram. Y el 1,82 por ciento, en revistas, fotos impresas y dibujos.

El estudio reveló que el 13,09 por ciento consumió pornografía buscando placer sexual; el 9,53 por ciento para escapar del aburrimiento; y el 9,26 por ciento para reducir el estrés.

El porno y su 'alivio temporal'

En su tesis, Dufart sostiene que el consumo de contenido para adultos puede estar vinculado al manejo de las emociones del usuario. “Ofrece un alivio temporal, pero no resuelve el problema. En el caso de la pornografía, es de acceso fácil y alivia cierto malestar emocional, por eso se usa como supresión emocional, es decir intentar no mostrar o sentir una emoción, reprimirla, lo que puede agravar problemas como la depresión o ansiedad”.

El psicólogo advierte que el uso compulsivo implica pérdida de control: la persona empieza a tener problemas con su pareja, llega tarde al trabajo, se aísla o siente culpa, pero no puede reducir el consumo. En su investigación encontró cinco casos con este patrón.

Creadores de contenido erótico lamentan que hay mucha sobreofera de modelos pornográficos.Tomado de Impasse Adicciones

Además, señala que cuando alguien recurre a este contenido para evitar la soledad, tristeza o aburrimiento, es más probable que caiga en un uso compulsivo. Por ello, recomienda implementar talleres educativos que aborden las problemáticas asociadas al consumo de contenido explícito y promuevan un manejo más saludable de las emociones.

En 2024 la edad promedio de los visitantes de Pornhub fue de 38 años, pero el grupo que más tráfico generó fue el de jóvenes entre 18 y 24 años, con el 27 por ciento del total. (FC)

Masculinidades saludables, no violentas

Flavio Bastias, activista del grupo Pasos y Huellas, apoyado por el Centro de Acción y Protección a la Mujer, señala (desde su experiencia como tallerista de educación sexual integral) que la industria del contenido para adultos tiene una elevada influencia en adolescentes y niños varones.

“Frases como ‘es que así te haces más hombre’ o ‘es parte de la pubertad’ son dichas por muchos adultos a las juventudes”, señala.

Considera que “como sociedad debemos entender que el problema no es que ellos experimenten su desarrollo sexual como parte de la vida, sino que, a través de una educación sexual basada en el consentimiento, la diversidad, la afectividad y las relaciones saludables, puedan cuidar de sí mismos y de sus pares, fomentando masculinidades sanas y no violentas”.

Los peligros de la pornografía en jóvenes

  • Exposición temprana: acceden sin filtros a contenidos para los que no están preparados emocional ni cognitivamente.
  • Distorsión de la sexualidad: aprenden sobre sexo a través de guiones irreales, lo que afecta su educación afectiva.
  • Normalización de la violencia o la cosificación: pueden asumir que lo visto es lo “normal” en las relaciones.
  • Riesgo de adicción precoz: la estimulación constante puede generar dependencia desde edades tempranas.
  • Problemas emocionales: sentimientos de culpa, vergüenza o ansiedad al no entender lo que consumen.

Los riesgos de la pornografía en adultos

  1. Adicción y pérdida de control: interfiere en la vida diaria, el trabajo y las relaciones.
  2. Expectativas poco realistas: deteriora la satisfacción sexual y genera comparaciones dañinas.
  3. Problemas de pareja: disminución de la intimidad, celos y desconexión emocional.
  4. Impacto en la salud mental: ansiedad, depresión, aislamiento social o disfunciones sexuales.
  5. Riesgos éticos y legales: consumo de material sin consentimiento o exposición a explotación sexual.

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