A Kenneth Marcos Ibarra Cerezo, a quien llamaban Meñe-Meñe, lo habían convocado a una audiencia por el delito de tráfico ilícito de sustancias catalogadas sujetas a fiscalización. Él debió asistir a la diligencia el miércoles 7 de septiembre de 2022, seis días después lo hallaron muerto, en pedazos.

Una tía, quien dejó documentos en la morgue de Quevedo para poder retirar el cuerpo mutilado, confirmó que sobre Kenneth pesaba un proceso de tenencia ilegal de armas. Él fue capturado en 2020 y estuvo preso en la cárcel de Quevedo, Los Ríos, por 20 meses.

Con medidas sustitutivas logró salir del centro carcelario y debía acercarse a firmar ante los tribunales, según explicó la pariente.

En julio pasado fue detenido y, según sus allegados, fue porque se quedó comiendo donde unos amigos, que estaban cerca de su casa, en la parroquia Venus del Río Quevedo.

Aquella vez, la Policía efectuó un operativo y detuvo a 10 personas, de las cuales estaba Kenneth. Como no encontraron evidencias claras que permitan su detención, lo dejaron libre, según explicó la pariente.

Los familiares de Meñe-Meñe siguen sin entender la razón por la cual lo asesinaron y cortaron en partes que dejaron el martes 13 de septiembre de 2022. Su cabeza fue hallada a una cuadra de la casa.

El dolor que siente la familia Ibarra Cerezo es indescriptible. Nadie quiere referirse al tema por temor a represalias. Ahora solo esperan poder retirar el cuerpo lo antes posible para darle el descanso eterno.

Aseguraron que no colocarán ninguna denuncia. “Se lo dejaremos todo a Dios”, dijo la pariente.

El jefe de la Policía, Darwin Guevara, indicó que se sigue realizando la explotación de cámaras de seguridad del sector para verificar el momento en que dejaron botado los restos de Ibarra, embalados, y quiénes lo hicieron.