Opinión
¡Guayaquil, siempre Guayaquil!...
El mes de julio de cada año ha sido denominado el Mes del Guayaquileñismo, cuando en realidad de verdad todos los días del año deben servir para exaltar a Guayaquil.
Quienes nacieron en esta ciudad y quienes vinieron a ella en procura de progreso saben perfectamente bien que Guayaquil es merecedora de su admiración y respeto cotidiano. Guayaquil es el nervio de la patria. Guayaquil es el cerebro de la patria. Guayaquil es el músculo de la patria. Guayaquil es la cuna de los grandes movimientos libertarios del Ecuador. Guayaquil tiene hijos que se destacaron a lo largo de la historia y que hoy día son figuras icónicas en las que debemos guiarnos para seguir impulsando su progreso, y con el progreso de Guayaquil, el progreso del Ecuador.
Con motivo del Mes del Guayaquileñismo se hace imprescindible, una vez más, que quienes vivimos en esta hidalga tierra sintamos la obligación de rescatar la tradicional actitud de Guayaquil, cual es la de que sea la sociedad civil la que empuje su desarrollo.
Si bien es verdad que actualmente hay una corporación municipal honesta, trabajadora, que pone su mirada en el porvenir de Guayaquil, no es menos cierto que somos todos los ciudadanos, sin miramientos de naturaleza alguna, quienes debemos empujar el carro del progreso.
Recordemos las frases de John Kennedy: “Preguntad no lo que puede hacer nuestro país por nosotros, sino qué podemos hacer nosotros por nuestro país”. ¡¡Viva Guayaquil!!