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Diario Extra Ecuador

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Por La Dra. Katia Murrieta

En días recientes, miles de personas -con eco en muchas partes- protestaron en Pamplona, porque el tribunal, al sentenciar con 9 de años de cárcel a la banda “La Manada”, tipificó como “abuso sexual” y no como “violación” el delito del cual fue víctima una madrileña de 18 años, quien, al momento de cometerse los execrables actos, estaba indefensa y, por el estado de embriaguez en que se hallaba, “consintió” -a criterio de los juzgadores- en los hechos. Los 5 depravados, además, la dejaron semidesnuda, le robaron el celular y filmaron las escenas, que luego subieron al internet. Lo increíble es que uno de los jueces quiso absolverlos.

La indignación es justificada porque el mensaje que se envía, sobre todo a los jóvenes, es que las mujeres son objetos sexuales, perfectamente utilizables por los “machos” donde quieran y cuando quieran. Es inadmisible confundir estado de letargo, provocado por el alcohol, con consentimiento.

En nuestro medio, no cesa la violencia contra la mujer. Lo peor es que hay normas como la del Art. 159 del COIP, por el cual quien hiera, lesione o golpee a la mujer o miembros del núcleo familiar, causándole lesiones o incapacidad que no pase de 3 días, será sancionada con cárcel de 7 a 30 días. Esto debe corregirse.

Unamos nuestra voz a la del alcalde Nebot: “Que las acciones que se produzcan sean efectivas y no de papel...”. Necesitamos más acción gubernamental.

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