¿Cuánto y a quién debemos?...

Se ha iniciado un nuevo gobierno. Nuevo en lo que a nombre se refiere porque, en lo demás, se quieren aplicar las mismas órdenes sin derecho al pataleo. Sin embargo, el nuevo mandatario luce más ecuánime y deseoso de armonizar un país en el cual solo los voluntarios u obligados seguidores de Correa querían seguir al pie de la letra las órdenes que recibían.

Un violento invierno trastocó planes y de pronto nos vimos endeudados con millonarias obras, algunas inconclusas por presuntos malos manejos. Ahora se abre un paréntesis, pero a un precio que dista mucho del que tuvo hace algún tiempo.

Hay que empezar casi de cero: Algunas carreteras reducidas a la mínima expresión porque los destrozos de las lluvias ahogaron el optimismo.

Miles de personas no tienen un empleo estable y los ingresos no alcanzan para una canasta básica. La producción agrícola nos puede salvar, pero unificando el país. Debemos conocer con detalles cuánto y a quién debemos y por qué hemos prestado.

Antes de inaugurarse un enorme edificio en Quito la lluvia lo inundó, pero en seguida se dijo que se destinarían 800 mil dólares para su arreglo. Bien por la reparación, pero es otra raya que le sale al tigre. Es necesario dar paso firme, moderar nuestros gastos y pensar que el pueblo se alimenta de comida y no de aire...