Opinión
¿Y las autoridades?... ¡Bien, gracias!
Nuestra juventud y nuestra niñez son víctimas de la plaga más tenebrosa que existe en el mundo: la droga.
El Ecuador es una “narcodemocracia”. Esto es innegable. Los narcotraficantes, que son mafias organizadas a nivel mundial, han sentado sus reales en el Ecuador. Su “poderío” es tan grande que están incrustadas en la Justicia, en las Fuerzas Armadas, en la Policía, en la política, en la Administración Pública. En fin... por todo lado.
Su intromisión es tan cierta que la Función Legislativa dictó la ley que creó la “tabla de consumo mínimo de drogas...”. Esta tabla ha permitido el “microtráfico” que da como resultado final el macrotráfico.
Toda la sociedad exige a la Asamblea Nacional que se derogue esta estúpida ley. Pero los intereses de la mafia son más poderosos que la angustia popular. Y por eso no se la deroga para no atentar contra los intereses de los narcotraficantes.
La situación se torna cada día más grave, sin que se tomen medidas radicales para acabar con el mal. Acaban de fallecer 17 jóvenes en una clínica clandestina ubicada en el suburbio de Guayaquil, en donde se produjo un incendio. Ninguna autoridad tenía conocimiento del funcionamiento de esta clínica. Increíble. Después de esta tragedia se escucharon las mismas declaraciones: vamos a llegar hasta las últimas consecuencias.
Esa es nuestra pobre realidad. Y esta es la tragedia en la que vive nuestra juventud y nuestra niñez ecuatoriana. Aquí nada ha pasado, y el mundo sigue su marcha... (BLC)