Cartas al director

¿Se nos acabó la buena voluntad?

Por: Juan Manuel Yépez @juanmayepez

No hay derecho a que nos tomen el pelo. Las donaciones que se enviaron a los damnificados por el terremoto del 16 de abril nacieron de un sentimiento de solidaridad nacional pocas veces visto en la historia de un país, y no de la caridad de la clase política tan venida a menos por sus propios errores. Todo fue voluntario y muchos ecuatorianos se desprendieron hasta de lo que no tenían con tal de dar alivio a aquellas almas golpeadas.
Los últimos acontecimientos ocurridos en la Asamblea Nacional dan la impresión de que, más de dos meses después de la desgracia, se nos acabó la buena voluntad. Resulta que se hizo pública una lista de asambleístas, entre los cuales están 49 oficialistas que decidieron no donar el 10 por ciento de su sueldo (aproximadamente 500 dólares por cabeza) durante dos meses para esos fines.
Muchos argumentaron que ya lo habían hecho días después del terremoto, como miles de compatriotas, a quienes sí se les descontará OBLIGATORIAMENTE parte de sus haberes para esos fines. Otro legislador dijo sin tapujos que “tampoco somos Papá Noel” para contribuir con ese dinero, porque ya había ayudado a través de su iglesia, en su ciudadela y en el colegio de sus hijos. Pues déjenme contarles que la mayoría de trabajadores del país sí lo haremos, pese a los impuestos y problemas económicos que enfrentamos todos los días para salir con las justas cada fin de mes. Señores (y señoras)asambleístas, no hace falta que se muestren tan dadivosos con el prójimo cuando se acercan las elecciones. Hay un pueblo que sabrá reconocer cada gesto desinteresado de quienes sí cumplen lo que prometen.