Opinión
Cartas al director
El plagio de la esposa de Trump
El supuesto plagio de unas frases del discurso pronunciado por Michelle Obama, cónyuge del presidente de los Estados Unidos por la actual esposa del candidato republicano Donald Trump, podría incidir en las elecciones del 8 de noviembre.
Y es que el plagio, peor aún cuando se lo hace con la publicación en diarios y revistas de alta circulación, es un delito sancionado, pues resulta más grave que apropiarse de bienes materiales y más si se comete el delito con arrogancia por quienes no pueden calificarse como escritores, pues cuando han intentado escribir algo desnudan su falta de cultura y su incapacidad para redactar.
La propiedad intelectual está protegida en Ecuador por la ley, y el plagio es sancionado por la legislación penal, pero en muy pocas ocasiones se han presentado querellas contra los plagiarios y estos se han escudado en el supuesto de que sus apropiaciones no se han hecho a bienes intelectuales protegidos por la ley, sino entresacados de documentos de pública pertenencia, y no de propiedad privada para convertirse en bienes colectivos que inhiben de la acción y de la pena.
Clemente Cedeño,Portoviejo
¿Es xenófobo o xenófilo? Son palabras que tienen significados totalmente opuestos. Xenófobo es el sentimiento de hostilidad y hasta repudio hacia todo lo extranjero; chauvinista, patriotero. En cambio que xenófilo es -más bien- la simpatía y admiración hacia lo extranjero, la exaltación para todo lo que no es nacional. Mariana Gómez, Portoviejo, Manabí.
¿Es xenófobo o xenófilo?
Son palabras que tienen significados totalmente opuestos. Xenófobo es el sentimiento de hostilidad y hasta repudio hacia todo lo extranjero; chauvinista, patriotero. En cambio que xenófilo es -más bien- la simpatía y admiración hacia lo extranjero, la exaltación para todo lo que no es nacional.
Mariana Gómez, Portoviejo, Manabí
Deslices de nosotros, los “monos”
Estamos de lleno metidos ya en pleno “Mes del Guayaquileñismo” porque se supone que el 25 de Julio se fundó la ciudad “que manso lame el caudaloso Guayas”; aunque ciertos historiadores lo pongan en tela de duda y digan que la celebración tiene que ver más bien con el día consagrado al Santo Patrono de la urbe, Santiago, que se celebra precisamente ese mismo día. Pero, lo cierto es que, tengan o no razón los historiadores, Julio es el mes que celebramos con muchas ganas y entusiasmo cívico, aunque los más fervientes de la patria chica señalen que Octubre, por ser independentista, tiene mucha mayor importancia histórica.
Y bueno, tenemos por lo mismo que hacer un severo examen de conciencia para saber si los “monos” nos estamos portando con todo el amor y respeto que se merece la ciudad más grande y poblada del país. Porque no se trata solamente de cantar con entusiasmo “Guayaquil de mis amores” y sentirnos “madera de guerrero”, sino de procurar que la urbe de Olmedo, bañada por el Guayas y el Salado, se presente como una ciudad moderna y metropolitana. Y no dejar, por ejemplo, que los taxistas hagan caso omiso del taxímetro, o que se arrojen desperdicios a las calles; o permitir que las mascotas hagan sus necesidades en las veredas o avenidas, entre otras cosas que aún no han sido corregidas y superadas.
A redimirnos, pues, para demostrar, precisamente, que somos auténticos guayaquileños...(FCV)