Exclusivo
Opinión

Cartas al director: Ah, las mascotas caninas...

Tener una “mascota canina” alegra a su dueño, porque los perros son fieles, saludan al amo, lo cuidan, son “el mejor amigo del hombre”, le hacen compañía y pasan momentos de relax cuando los sacan a pasear.

Tener una “mascota canina” alegra a su dueño, porque los perros son fieles, saludan al amo, lo cuidan, son “el mejor amigo del hombre”, le hacen compañía y pasan momentos de relax cuando los sacan a pasear.

Y si hay niños, la satisfacción es doble, porque los pequeños participan en esos ratos de esparcimiento.

Pero...siempre habrá un pero. No siempre se escoge bien la raza del animal; o no se enseñan buenas costumbres, que es importante para la vecindad, porque los ladridos de un perro a cualquier hora del día o de la noche molestan a cualquiera y reclaman los vecinos.

Lo peor es cuando “los sacan a pasear” fuera de casa, lo que aprovechan los animales para hacer sus necesidades...Sí, las cosas hay que decirlas claras. Calles o parques los considera la “mascota” como su servicio higiénico.

Muchos peatones sin querer pisan esos desechos y protestan porque la “fragancia” que adquiere el zapato no se la quita así nomás.

¿Hay excepciones? Claro que las hay, pero son poquísimas las personas que con su mascota llevan un recogedor de desperdicios, precisamente para no afectar a otros, como sí ocurre, por ley, en países civilizados. Como sí existe la ordenanza municipal que protege a los demás, es cuestión de aplicarla, multando al dueño del animal bullicioso o que no limpia lo que el perro deja en la calle...

Vicente Flores L.