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Opinión

Cartas al director: La nefasta corrupción

La corrupción y la maldad no tienen límites. Gracias a Dios, la honestidad y la bondad tampoco.

La corrupción y la maldad no tienen límites. Gracias a Dios, la honestidad y la bondad tampoco. Estamos llegando a extremos tales, que desconfiamos de todo y de todos. Eso es lo peor porque prevalece lo malo sobre lo bueno. El sistema está en crisis, los gobernantes que dicen que defienden a los pobres pero ellos son ricos en su mayoría. Por eso han surgido ciertos corruptos nuevos ricos, que cometen actos dolosos en perjuicio de la sociedad, aprovechándose y abusando de los fondos públicos.

Ya hay denuncias de personas conocidas en la política involucradas en los “paraísos fiscales”. Esto es simple comparado con los millones de dólares que se llevan tanto los corruptores, como los intermediarios y corruptos, que ahora abundan.

El concepto de corrupción es amplio. Incluye soborno, fraude, apropiación indebida u otras formas de desviación de recursos por un burócrata, pero no está limitado a ello. La corrupción también puede ocurrir en los casos de nepotismo, extorsión, tráfico de influencias, uso indebido de información privilegiada para fines personales, la compra y venta de las decisiones judiciales, etc.

Lic. Ricardo Ordóñez Jaramillo