Opinión
Cartas del director
¡Bikini y hamburguesa, ‘mala combinación’!
Qué manía la del Carlitos con las chicas guapas que trabajan como modelos en comerciales de televisión o haciendo fotos sexis para diarios y revistas. Parece que no soporta el bikini, porque, según parece, atenta contra la moral y las buenas costumbres de esta sociedad patriarcal y cada vez más discriminatoria, que se siente con el derecho de decidir unilateralmente lo que las mujeres pueden hacer o no.
La última de la comisaría de la comunicación ecuatoriana es de Ripley, al disponer la absurda suspensión inmediata del comercial de una famosa cadena de comidas rápidas. ¿El ‘delito’? Que la bella y esbelta joven aparece “en traje de baño, baila junto a un auto de lujo, utilizando agua, espuma y una esponja para lavar su cuerpo, mientras degusta una hamburguesa”. Así, como lo lee. Resulta que los semióticos iluminados de la Supercom decidieron que el comercial debe modificarse porque “induce al sexismo por cuanto existiría una cosificación de la mujer que junto al auto de lujo y a la hamburguesa, en una relación semiótica connotativa, son expuestos como objetos de consumo”. ¡Nos fregamos! Pronto nos tendremos que acostumbrar a ver solo lo que esté permitido y aprobado por este Sancta Sanctorum. Ya de por sí, escuchar la radio se ha convertido en una tortura, porque en lugar de música nos pasamos oyendo larguísimos segmentos interculturales en todas las frecuencias. Pero lo más grave es que seguimos pensando que ver a una chica en bikini es un pecado capital y debe ser prohibido. Con esa lógica, la Maja Desnuda, de Goya, debería ser vestida y los ángeles de la Capilla Sixtina condenados a las pailas del infierno por mostrarse en cueros...
Por: Juan Manuel Yépez