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Opinión
Cartas al director: Frases que no mueren
Luis XIV, el famoso rey de Francia del siglo XVII, a quien se conoce en la historia bajo el alias o mote de “rey sol”, fue quien durante su régimen de supermonarquismo que ejerció hasta su muerte, dijo la famosa frase: “El Estado soy yo”. Y le tocó a su descendiente, también famoso por casquivano y coqueto con las damas de la corte, Luis XV, exclamar la también famosa expresión: “después de mí el diluvio”. Es decir que “se vaya todo al mismísimo infierno (o al consabido carajo) cuando el rey haya salido de este valle de lágrimas con los pies por delante”.
Entre la una y la otra frase hay una conexión evidente. Como si la una fuera el resultado o el colofón de la otra. Y las pueden usar, casi con la misma intención “mandona”, los gobernantes totalitarios que dirigen los gobiernos a su antojo, ya sea como dictadores civiles o militares o ya sea como presidentes inamovibles que se quedan en el poder por algunas décadas organizando elecciones “chimbas” en donde, para imponer el continuismo, no hay más que un candidato o se hace participar en el proceso comicial a testaferros que, por supuesto, solamente tienen a su favor votaciones insignificantes.
En estos tiempos de un izquierdismo que trata de reciclarse tras la caída del muro de Berlín, los gobernantes autollamados “revolucionarios” por supuesto que son admiradores o seguidores de los dos Luchos franceses autores de las frases que consignamos. Porque también ellos ignoran la teoría autonómica de Montesquieu en cuanto a los poderes del Estado. Y meten la mano a su antojo en todo lo que es función pública. Y, por supuesto, todo lo que dejen hecho tengan que sufrirlos sus sobrevivientes.
Francisco Marcano Mogollón.