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Opinión
Cartas al director: El síndrome “Don Eusebio”
El político, profesor, balzareño de nacimiento (1913), sin proponérselo dejó instituido un síndrome que debe ser estudiado como un fenómeno de la política ecuatoriana: El de ser repetidamente candidato.
El político, profesor, balzareño de nacimiento (1913), sin proponérselo dejó instituido un síndrome que debe ser estudiado como un fenómeno de la política ecuatoriana: El de ser repetidamente candidato. Desde el reinicio de la democracia (1979) aparecieron candidatos “a millares surgir” (les asiste el derecho a elegir y ser reelegidos).
Esta tendencia continúa. Hoy tenemos no menos de 10 candidatos a la Presidencia: 4 repiten la opción. Lo razonable es que tengan cualidades específicas, cociente alto de intelectualidad, profesiones brillantes y, sobre todo, ética y moral probadas.
Deja perplejo que, con la anuencia de partidos políticos y organizaciones sociales, se postulen candidatos a espaldas de los afiliados o bases. En resultado de cuentas, no son tales aquellas personas que alegre y generosamente (la gran mayoría) firmaron, cuando de manera subliminal les solicitaron con la palabra clave para estos menesteres: “regálame una firmita”, Como les dijeron regálame, firmaron, desapareciendo luego en tiempo y espacio. Las consecuencias: Están habilitadas 70 agrupaciones (entre ellas 16 nacionales) listas para terciar en los próximos comicios. Se escuchan justificaciones: “los políticos y la política son necesarios”. La antítesis: “Para qué se necesitan tantos partidos en un país tan pequeño”.
Es confuso el panorama político. Se han entrelazado intereses extremadamente contrarios, que hoy están supuestamente unidos pero, en realidad, buscan asegurarse una curul, hasta la inscripción. Luego los que quedan fuera y no tienen firmes convicciones sucumben y vendrán las deserciones. Hay una conocida máxima: “Que en política se puede pactar hasta con el diablo”. Tremendo error. Lo idóneo es pactar con el pueblo.
César Antonio Jijón Sánchez