Opinión
Editorial: Después de Assange, los ciberataques
Cuando en junio del 2012 el Gobierno anterior otorgó asilo diplomático al jefe de los hackers planetarios nadie pensó que el país asumiría un grave problema que duraría siete años a un costo de más de 6 millones de dólares. Distintos medios de comunicación del mundo han publicado una serie de hechos y comportamientos diarios del mencionado personaje.
Luego se le dio la nacionalidad ecuatoriana (enero 2018) en un proceso oscuro y forjado. La canciller a cargo de este lo justificó. Hasta que el ejecutivo se lo retiró, cansado de ofensas al país, de comportamientos inadecuados y de aceptar que desde la embajada de Ecuador en Londres se hacía piratería informática.
Nadie pensó que una vez que por decisión soberana se le levantó el asilo diplomático, las instituciones públicas y privadas sufrirían millones de ciberataques de manera continua y sistemática. Por eso cabe preguntarse si el asilado en la embajada era realmente un hombre democrático que respetaba los códigos de ética o si era alguien que estaba acostumbrado a una liberalidad sin límites y sin decencia.
Muchos técnicos y expertos dicen que el país seguirá sufriendo este tipo de ataques informáticos. Hoy todos deben estar vigilantes y preparados porque esto continuará.