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Opinión
Columnas: Decepción en las “barras mansas”
A diferencia de lo que ocurrió ese mismo día domingo en el estadio Monumental, en que las “barras bravas” armaron la de Dios es Cristo entre los mismos hinchas “amarillos”.
A diferencia de lo que ocurrió ese mismo día domingo en el estadio Monumental, en que las “barras bravas” armaron la de Dios es Cristo entre los mismos hinchas “amarillos” , en cambio en el diálogo (que prefiero volverlo a llamar debate) en que esta vez sí participaron los 8 presidenciables, los panelistas decepcionaron a las “barras videntes y oyentes” que los vieron y escucharon a la espera de que se saquen entre sí los trapos sucios, se pisen los rabos de paja; y que Lenín se defienda como un tigre ante las acusaciones que se suponía iban a hacerse en contra del régimen de la década...¿ganada o perdida?
Lo único que pudo conmocionar al respetable fue que, en un momento dado (solo un momento), el candidato Zuquilanda, del partido SOPA que fundó Lucio, mostrara un papel que, según él, evidenciaba que el presidente Correa no sería tan inocente que digamos en todo este “affaire” que va desde los Panamá Papers a las denuncias sobre sobornos y “lavados” de la poderosa Odebrecht. Acusación que ya había merecido (como que se olía la cosa) la aclaración de Rafico anunciando que la oposición (dirigida por los Isaías, según él) lo iban a acusar de ser parte de la “lista negra” que se espera la envíen desde el Brasil de ‘Pelé’ o desde la ‘Yoni’ de Trump.
Según los politólogos, el debate fue el producto de una campaña electorera a la cual sus protagonistas no le han puesto toda la sal que sí evidenciaron en otras ocasiones similares. (FVC)