Opinión
Columnas: Derecho a educar a nuestros hijos
¿Cómo nos van a quitar a los padres el derecho a educar a nuestros hijos? Me lo preguntó esta semana Manuel Casís, campesino del recinto Josefina, en una reunión en La Maná, Cotopaxi.
¿Cómo nos van a quitar a los padres el derecho a educar a nuestros hijos? Me lo preguntó esta semana Manuel Casís, campesino del recinto Josefina, en una reunión en La Maná, Cotopaxi, cuestionando la polémica sentencia de la Corte Constitucional que sostiene que los adolescentes, entre 12 y 18 años pueden decidir y educarse sobre su vida sexual sin interferencia de sus padres. Y que, si estos se meten mucho, el Estado puede incluso intervenir como “salvador extremo”.
¡Tremendo disparate! Esta sentencia golpea lo más valioso que tenemos en el Ecuador: la familia.
Si se promueve la libertad sexual del adolescente, ¿ya no es delito tener relaciones con un menor de edad? Y si el Estado puede intervenir como “salvador” del hijo contra sus propios padres, cuando por supuesto no haya violencia ni agresiones, ¿dónde queda el derecho de los padres a educar a los hijos?
Parece que la Corte Constitucional nunca leyó el artículo 29 de la Constitución, que cito: “Las madres y padres o sus representantes tendrán la libertad de escoger para sus hijas e hijos una educación acorde con sus principios, creencias y opciones pedagógicas.”
¡Está clarito! Aquí no se trata de defender una religión, sino un derecho humano: la libertad de los padres para decidir cómo educamos a nuestros hijos.
Si los padres preferimos una enseñanza católica, evangélica, atea, liberal, socialista, musulmana o cualquier otra, pues tenemos todo el derecho de elegirla. ¡Y punto! Que la Corte Constitucional sostenga lo opuesto no solo atenta contra la familia, sino también contra la propia Constitución.