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Opinión

Columnas: En la vida nunca terminamos de aprender...

A menudo las personas no comprenden lo que tienen delante y no lo aprecian. Que de repente todo puede cambiar.

A menudo las personas no comprenden lo que tienen delante y no lo aprecian. Que de repente todo puede cambiar.

Debemos aceptar las decepciones o, en cualquier caso, a no darle tanta importancia, a ir siempre hacia adelante. Que la persona con quien más te gustaría hablar, es aquella que tanto te ha herido. Que quien más da es quien menos recibe. Que ignorar los hechos no cambia las cosas. Que los vacíos no siempre pueden llenarse. Que las grandes cosas son aquellas que más pequeñas nos parecen. Que la rueda gira y gira.

Y, sobre todo, he aprendido que en la vida nunca se termina de aprender...

Por muy negra que sea la noche, siempre amanece.

Por muy dura que sea la ascensión, se puede llegar arriba; por muy lejano e inalcanzable que parezca, siempre puede haber un camino para llegar... Lo fácil es creer que es imposible creer que no se puede avanzar, o echarle la culpa a la vida, a otras personas, pero todo eso solo se puede definir de una manera, rendirse.

Creo firmemente que hay sentimientos, que hay cosas que sí duran toda una vida, pero hay que luchar por ellas, creer en ellas, trabajar en ellas para que así sea, para que sobrevivan a cada anochecer, a cada invierno y a cada tormenta de nuestras almas. Creo que los sueños nunca se destruyen, pueden transformarse, pero solo desaparecen en el momento en que los alcanzas.

Creo que, sin despreocuparse de ellos, no es positivo enfocar tu atención a los problemas o circunstancias adversas, porque es sumergirte en la noche sin ver la posibilidad del alba cuando la noche aún no ha caído, cuando todavía queda día por delante.