Columnas: Procuremos vivir bien, pero sin excesos

Estoy leyendo los versos escritos por Lao Tse, El Tao Te Ching, que dicen: “Cuando estés de puntillas no vas a poder mantenerte firme y cuando avanzas a zancadas no puedes llegar lejos”.

Tratar de destacar no revela inteligencia, la jactancia no produce ningún resultado, el que se vanagloria no se hace respetar, el que alardea no podrá resistir; estos actos todos son odiosos, de mal gusto, solo son excesos superfluos, son como una úlcera de estómago, como un tumor en el cuerpo.

Cuando transites por el sendero del Tao (Dios), estas cosas tienen que ser erradicadas, expulsadas, superadas.

Hay que ser humildes porque la naturaleza, el Tao, Dios es el que te provee de todo: sol, aire, agua, frío, calor, alimentos, belleza; ¿acaso cuesta observar una rosa, una puesta de sol, el iluminar de la luna?, ¿el sonido del mar y las lluvias?, ¿el saborear de una fruta?, ¿el tocar de la piel de una mujer amada?, ¿acaso te cuesta la sonrisa de una hermosa doncella?, ¿quién te cobró por el éxtasis del amor o por la escritura de un verso?

Todo lo que ofreciste ha sido gratificado. Lo que llamas esfuerzo, trabajo, estudio, no lo descubriste tú, ya estuvo, todo estuvo desde siempre.

El ser humano solo descubrió todo lo que está hecho. ¿De qué te vanaglorias? Si eres maestro mejor hay que descubrir las mentes de los demás y ayudarlos a que se conviertan en maestros como tú y no en un discípulo.