Desde la Redacción: ¡Basta de alevosos!

Las calles de Guayaquil se han convertido en una especie de ring de boxeo, donde cualquier malentendido se resuelve a puñetes. Durante estos días hemos visto absortos graves agresiones contra agentes de tránsito que intentan controlar el caos vehicular.

Uno de ellos se produjo a finales del mes pasado, cuando una turba golpeó a dos representantes de la Agencia de Tránsito Municipal en pleno centro de la urbe, durante un operativo de control. Al parecer, el uniformado le dijo a un supuesto taxista informal que su actividad era ilegal, lo que desató la furia de él y de sus compañeros. El jueves, otro agente se enfrentó a golpes contra un chofer que no estuvo de acuerdo con una infracción de tránsito.

Está claro que este tipo de conductas no deben ser toleradas en la institución, pero los uniformados tampoco deben soportar insultos por hacer su trabajo. En ningún lugar del mundo se permite que un ciudadano falte al respeto a un policía. En el Ecuador, esta acción está tipificada en el Código Penal y es sancionada con la pena privativa de libertad de seis meses a dos años. Es cierto que también hay excesos en el trato al chofer, pero esto puede ser denunciado ante las autoridades, que tienen la obligación de resolver el problema.

Ustedes dirán que esto es una pérdida de tiempo, por lo engorroso del trámite, pero es más civilizado que bajarse del carro a masacrar a una autoridad.

Así que piénselo bien antes de perder los estribos, porque se puede meter en un grave problema por alevoso.