Desde la Redacción: ‘Maduradas’ que nos pasan factura

Tengo la certeza de que el Gobierno ecuatoriano aún no termina de descifrar la verdadera dimensión de lo que ocurre en Venezuela y sus efectos directos en nuestro país. El presidente Lenín Moreno ha dicho esta semana que los únicos que deben declarar ilegítimas las elecciones en el país llanero son los propios venezolanos, como si toda la crisis social y económica desatada por el régimen madurista no nos afectara. El jueves pasado, en un centro de salud de Samborondón, me informaron que Venezuela tendría un déficit de vacunas desde 2016 y que por ese motivo los hermanos emigrantes bolivarianos se enferman rápidamente al llegar a Ecuador y a Colombia, donde las campañas de inmunización son constantes. Esto significa que el Estado se ve en la obligación de prestarles atención médica por elemental sentido de humanidad, lo que ya genera un costo adicional al ya debilitado presupuesto en salud, que no ha podido pagar las deudas que existen con los hospitales locales. Los efectos de la inmigración se sienten todos los días al ver a nuestros hermanos haciendo largas filas en la frontera norte o durmiendo en las terminales esperando un trabajo que aquí ya comienza a escasear. Es hora de que los gobernantes tomen una postura ante el fracaso del modelo socialista del siglo XXI, porque es la única manera de unir esfuerzos para proteger a los ciudadanos del desamparo en otras regiones. El silencio o la ambigüedad diplomática solo alimentará el éxodo con todos los riesgos que esto conlleva, así que propongamos una salida a la crisis de Venezuela de una vez por todas.