Opinión
Fútbol in black

Tanto ahora como hace 20 años, la Francia de las luces de “la igualdad y la fraternidad” ganaron su mundial de fútbol con el 78 % de jugadores de origen africano, el “Equipo arcoíris”. Y es no solo un dato estadístico sino que refleja una actitud cultural francesa pro-integración y los nuevos vientos juveniles de dejar atrás las lacras sociales del racismo y la xenofobia, pese a que aún hay políticos franceses retrógrados que no se “sienten reconocidos por su equipo” “Les Bleus”. Casualmente tres equipos de los cuartos de final junto a Inglaterra y Bélgica tuvieron respectivamente el 47 % de jugadores de origen africano, con jóvenes que representan la identidad moderna de esos países. En el otro extremo, los de la “supremacía blanca”, están Rusia, Croacia y algunos otros que reflejan en la piel de sus jugadores sus políticas antimigratorias e incluso de acusaciones de Derechos Humanos con los extranjeros. O el racismo soterrado de la Argentina, España o Alemania. Todos festejaron, aunque sea por pocas semanas, los goles de los inmigrantes; fueron alegría pura y no la imagen del sufrimiento de miles de refugiados por el neocolonialismo y el egoísmo de Europa y su aliado del otro lado del Atlántico... Sin duda, los países ganadores de los primeros lugares en esta “nueva guerra”, sublimada entre naciones y especialmente Francia, no habría ganado la copa mundial sin africanos. Un comentarista europeo dijo: “Si te gusta el fútbol, dale la bienvenida a los inmigrantes”.