Opinión
La triple contaminación de Chevron
La primera es el crimen ecológico más grande de la historia, porque la multinacional petrolera Texaco-Chevron llegó al Ecuador, con la complicidad de algunos gobiernos, hace 50 años con la intención de contaminar como un medio de ahorrar dinero en la extracción del petróleo en la Amazonía y vertió durante 28 años más de 16 mil millones de galones de agua tóxica, destruyó 450 mil hectáreas de bosques (una superficie igual a 18 veces la extensión de Guayaquil) y afectó a 30 mil colonos e indígenas.
La segunda contaminación es en la Justicia. Primero no quiso que el juicio fuera en Estados Unidos porque pensó que era más manipulable la justicia ecuatoriana, pero luego del fallo favorable a los indígenas arremetió también contra el Estado ecuatoriano y ha gastado cerca de mil millones de dólares en ‘lobbys’, sobornos y abogados. La tercera ha sido contaminar a ciertos ecuatorianos políticos, abogados, ciudadanos comunes y hasta ‘ecologistas’ que se han puesto de su lado. El Estado, como corresponde, debería exigir anular la sentencia porque nuestra Constitución pone a los derechos humanos por encima de los tratados internacionales y económicos. Pero este Gobierno hizo aprobar recién una ley que favorece las ambiciones de la transnacional. Esta sumisión afectará nuestra economía y soberanía jurídica y a cambio recibiríamos dádivas solo para favorecer a los de siempre y luego decir una vez más: La culpa es de Correa...