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Opinión

El desborde de la informalidad

La economía informal constituye un mosaico de actividades productivas y laborales. Está presente y activa en el país. No hay ciudad en la que no se dé. Incluso están en el espacio de comercialización que realizan las transnacionales. Los informales ambulantes venden: chicles, cigarrillos, gaseosas, galletas, chocolates, caramelos, helados, etc. Esta variedad y cantidad indica que no existe lugar en la sociedad en donde no esté su accionar cotidiano.

Diciembre es el mes de mayor comercio. Es el tiempo en el que hay un desborde de la economía informal. Pues si la Bahía normalmente es el lugar preferencial donde más se da, es en la Navidad y fin de año cuando se incrementan las ventas en todos los lugares en los que puedan estar masivamente ofertando diferentes mercaderías.

Por eso, el Municipio debe cuidar que tal desborde no se traduzca en irrespeto al peatón y asegurarle la libre circulación en los espacios públicos.

También hay que vigilar que ese ejercicio y derecho al trabajo no produzca basura y ensucie lugares que deben mantenerse limpios. Hay que estar atentos que el incremento del comercio informal no impida que el ciudadano transite por la urbe. Esa debe ser la primera tarea de las autoridades y de la sociedad.