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Opinión

Editorial

Fin de una era en el deporte espués de más de 18 años frente a la presidencia de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, el dirigente que la ocupó durante todos esos años renunció a sus funciones enviando una comunicación desde donde se halla detenido, que es su propio domicilio. Investigado por actos que se relacionarían con la corrupción en el seno de esa dirección, quien es ahora expresidente de la Federación ha cumplido etapas con éxito, como son las tres presencias del fútbol ecuatoriano en los mundiales de este deporte; pero se han dado hechos que no constituyen una recomendación, como esas invitaciones a decenas de personas, con todos los gastos pagados, para concurrir a los mundiales. Todavía en etapa de investigación, está inculpado de lavado de activos junto a otros directivos que son el secretario de la Federación y el coordinador de las selecciones, quienes también guardan prisión. Los hechos suscitados deben servir para que los nuevos directivos a ser elegidos guarden una conducta ejemplar que limpie de toda mancha a ese deporte que congrega a multitudes y cohesiona al país cuando se trata de las eliminatorias mundialistas. Después de más de 18 años frente a la presidencia de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, el dirigente que la ocupó durante todos esos años renunció a sus funciones enviando una comunicación desde donde se halla detenido, que es su propio domicilio. Investigado por actos que se relacionarían con la corrupción en el seno de esa dirección, quien es ahora expresidente de la Federación ha cumplido etapas con éxito, como son las tres presencias del fútbol ecuatoriano en los mundiales de este deporte; pero se han dado hechos que no constituyen una recomendación, como esas invitaciones a decenas de personas, con todos los gastos pagados, para concurrir a los mundiales. Todavía en etapa de investigación, está inculpado de lavado de activos junto a otros directivos que son el secretario de la Federación y el coordinador de las selecciones, quienes también guardan prisión. Los hechos suscitados deben servir para que los nuevos directivos a ser elegidos guarden una conducta ejemplar que limpie de toda mancha a ese deporte que congrega a multitudes y cohesiona al país cuando se trata de las eliminatorias mundialistas.

La verdad,  nada más que la verdad
La muerte de las dos chicas argentinas en Montañita, en circunstancias hasta ahora no debidamente esclarecidas, ha conmocionado a nuestro país porque -con angustia- contempla cómo la delincuencia se extiende para convertirse en una plaga que, como metástasis, cubre a todo el tejido social y adoptando una gama de matices que propicia la comisión de actos delictivos que hasta hace poco tiempo podrían haber sido considerados como películas de ficción.  Nadie desconoce la labor que desarrollan las fuerzas del orden para combatir este flagelo. Pero, por desgracia, son rebasadas por las organizaciones dedicadas al tráfico de droga, actividad que lleva a la comisión de delitos como el sicariato, el femicidio, la trata de personas, la pornografía infantil, entre otras conductas punibles originadas por los carteles de la droga.  En el caso de las chicas argentinas, con la razón que les asiste, sus deudos se encuentran en nuestro país con el objeto de participar en las investigaciones que se llevan a cabo por parte de las autoridades correspondientes hasta dar con la verdad. Este derecho nadie se los puede negar, y las autoridades ecuatorianas así lo han entendido y les dan todas las facilidades para que sus gestiones culminen bien. Debe encontrarse y castigarse a los autores materiales e intelectuales de este crimen que horroriza a la colectividad. Tiene que triunfar la verdad, para bien del país. (BLC)